Diario de León

segunda división b

León vibra con su Cultu (4-1)

El equipo leonés golea al Real Oviedo y da un paso decisivo hacia la salvación deportiva con una grada entregada

Esaú y Rivera abrazan a Pepe Mena, autor de los dos goles que remontaron el marcador inicial

Esaú y Rivera abrazan a Pepe Mena, autor de los dos goles que remontaron el marcador inicial

León

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León demostró que está con su equipo de fútbol. El club más histórico del deporte leonés recibió el apoyo de su fiel afición, que acudió en masa al estadio en unos momentos de agonía institucional. Los casi 88 años de vida de la Cultural quedaron resumidos en noventa minutos en los que se pasó de la decepción a la euforia en apenas un cuarto de hora. «El fútbol es así», resumió después el técnico culturalista Monteagudo en la sala de prensa. La Cultural remontó para salvar tres puntos cruciales ante el Real Oviedo (4-1).

La historia de la Cultural se repitió en un partido de fútbol. Bandazos, decepciones y alegrías casi al unísono. Noventa minutos de juego que dieron para todo. Primero tocó llanto por el gol ovetense de Rubiato cuando apenas habían transcurrido diez minutos de juego. El pesimismo inundó la grada de tribuna oeste y los fondos, con bufandas y banderas de la Cultural y de León, mientras que la tribuna este, repleta de hinchas asturianos, se pobló de color azul alborotado con el gol materializado por Rubiato.

Las tristezas han marcado la vida de la Cultural. La grada frunció el ceño. Ni siquiera Magín el del bombo levantaba el ánimo. Hasta que llegó Mena con su fútbol de malabarista del balón. Apareció en el momento justo para cambiar la tónica de un partido en el que el cuadro asturiano había tomado el mando con un juego fuerte en el centro del campo, con aperturas en diagonal hacia ambas bandas y envíos largos hacia el ataque. Mena paralizó al rival y a la grada azulona. Recogió un envío en el área y fusiló al guardameta Javi Martínez para poner el empate en el marcador.

Mena no se conformó. Antes del partido manifestó que el equipo iba a salvar lo deportivo. Con este objetivo saltó al campo. Enseguida llegó el segundo. El del delirio en la grada por su estilismo en la ejecución del gol. Control, tempo, espacio y a la escuadra, opuesta. Casi sin ángulo. Un gol de los que se repiten mil veces por las televisiones. Un gol que cambió el devenir del vital compromiso deportivo como ha variado con el paso de los años la historia de la Cultural.

El equipo leonés se hizo con el control del partido. Antes del descanso pudo sentenciar el partido con jugadas de toque y balón siempre cuidado, sin acudir en ningún momento al pelotazo. La grada se refregó los ojos, porque hacía tiempo que no veía fútbol del nivel desarrollado por su equipo.

Primero Mena, que casi le roba la cartera al portero, después Esaú y casi al borde del descanso Rivera gozaron de claras ocasiones para haber goleado al rival.

Tras el paso por el vestuario, más de lo mismo. La Cultural salió decidida a finiquitar el encuentro cuanto antes. dejó la posesión del balón al rival, para tratar de sorprender a la contra.

Con el paso de los minutos, el equipo de Monteagudo jugó más asentado. Con el aplomo necesario para no temer por el empate. Los contraataques del conjunto dirigido por Monteagudo comenzaron a llevar mucho peligro, hasta que Rivera se sacó de la chistera una media vuelta dentro del área visitante para dar otro alegrón a la grada.

El encuentro quedaba sentenciado, aunque aún hubo tiempo para más. Las acciones de la Cultural se llenaron de juego de control desde la defensa hasta la punta de ataque. Cuando el crono marcaba los minutos de añadido, llegó el cuarto después de un servicio de Albert Yagüe sobre Vergara, que se incrustó en el área rival, desbordó a su par con quiebro seco en el último metro y cruzó fuera del alcance de Javi Martínez.

Casi noventa años se resumieron en noventa minutos. De la tristeza al éxtasis. Como ha sucedido en la historia de una Cultural que es santo y seña de León y de todos los que han tenido que emigrar de su tierra. La salvación deportiva está más cerca. ¿Y la otra, qué?

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