Cincuenta y seis veces-¦ a tope
Al filo de los cinco kilómetros y medio-¦ cincuenta y seis veces a tope durante una veinten a de segundos. Si les parece un trabalenguas, figúrense lo que debe parecerles a los pilotos que tienen que pasar -56 veces- por dos de las rectas más largas del Mundial, en un circuito, el de Shangai, con mayor velocidad media de todo el certamen: más de 212 por hora. Y además, como la semana pasada en Malasia, mirando al cielo; que también allí, en Shangai, lo imprevisible de la climatología viene a ser como el punto de inflexión en -“eso también- una de las carreras más divertidas de todo el campeonato: siete diferentes triunfadores en las siete últimas citas, muchos de ellos -de esos triunfadores- se alzarían con los laureles de la victoria mundialista.
Salpimentada en acuático , la carrera nipona se ha venido convirtiendo en los últimos tiempos en una suerte -si no desgracia - de clase práctica de legislación deportivo-automovilística: hasta 2010 se podía adelantar (¿recuerdan el «interior» de Alonso a Massa?) a la entrada del pit lane -¦ ya no. Se podía rodar rozando a los mecánicos de los equipos rivales por fuera de la vía de servicio (aquel «paralelo» Hamilton-Vettel)-¦ ya tampoco. Y hasta podían ensayarse frenazos imposibles tras el safety para ralentizar la carrera-¦ tampoco -se supone- en 2011. Casi vale más no seguir con el master , porque acabaríamos por volvernos locos -“incluso el sufrido lector-.
Así que, largo y singularmente técnico, el de Shangai se convierte per se en uno de esos circuitos que puede calificarse de «impresionante» -todo junto-, con un radio rayano en los 360º que «espera paciente» -como la paciencia china- el mínimo error de los pilotos, sobre todo de los más bisoños, y con, ya se ha dicho, rectas tan largas que una de ellas, la inmediatamente anterior a la curva 14, contabiliza más de un kilómetro de longitud.
Consecuencia: adelantamientos tan habituales allí, que acabarán -se supone- por restarle protagonismo al KERS que esta temporada ha vuelto a tomar carta de naturaleza en la tecnología de la Fórmula Uno; posiblemente tampoco el alerón móvil, que tan mala pasada le jugó a Il Cavallino en Sepang, tenga en Shangai un excesivo protagonismo.
También, y por aquello de los maléficos dígitos , la curva «12+1», tan peculiar como exigente, muy larga al principio (90 Km/h.) y rapidísima al final (250 Km/h.) debe convertirse, una carrera más, en «punto de encuentro» de los pilotos con la victoria-¦ o el fracaso.
Jeson Button, Lewis Hamilton y Nico Rosberg ocuparon las tres plazas del cajón el pasado año 2010. En fin, el domingo a partir de las nueve de la mañana hora española-¦ el principio del desenlace.