Diario de León

Dos estrategias para 90 minutos

Puyol y Pedro se erigieron en las cartas de Guardiola para acometer el examen del Bernabéu mientras que Mourinho echó mano de Pepe como mediocentro

Cristiano Ronaldo, ayudado por su compañero Pepe, controla en balón en un lance del partido del Bern

Cristiano Ronaldo, ayudado por su compañero Pepe, controla en balón en un lance del partido del Bern

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I. Tylko | Madrid
León

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Mourinho y Guardiola se quedaron al margen de la presunta condición de «intrascendental» del primero de los cuatro clásicos que en menos de un mes van a protagonizar el Barcelona y el Real Madrid en el tramo decisivo de la temporada. El choque con, aparentemente, menos aspectos en juego, con la Liga claramente inclinada hacia los intereses azulgranas, marcó, desveló la realidad de un reto que jamás es indiferente ni para barcelonistas ni para madridistas. Fue un riesgo evidente. A la hora de partido, Puyol, que volvía a los terrenos de juego después de tres meses, recayó de su dolencia y pidió el cambio. Mourinho y Guardiola salieron con todo al Bernabeu. La batalla psicológica arrancó bastante antes de la apertura del choque. Pero solo desde poco antes quedaron descubiertas las cartas.

La más sonora fue la inclusión en el once titular del Barcelona de su capitán, Puyol. Si ya sorprendió la presencia del central en la convocatoria, más aún fue su condición de titular en el once anunciado por Pep Guardiola. Puyol había sido la carta resguardada por el técnico. Con la mente puesta en este tramo del curso. En el que todo está en juego. El alta del defensa fue tratada con el mismo sigilo que su lesión. Indefinidos los plazos. Inesperado el alta. Precipitada al final. El defensa internacional realizaba horas extras para apuntalar su puesta a punto. No podía faltar a las citas decisivas del curso. Pedro también formó parte del once inicial. No entraba en algunas previsiones a pesar de que hacía ya algunas semanas que se había incorporado al grupo tras su lesión muscular. La inclusión de Pedro en el once de inicio demostró que Guardiola fue fiel a su apuesta. También en el Bernabeu.

Lo contrario en Mourinho. El portugués hacía tiempo que barruntaba la presencia de Pepe en el centro del campo. Así ocurrió frente al Tottenham. No es un puesto desconocido para el jugador, que ejecuta esta función en ocasiones con la selección de Portugal.

Ausente Lass Diarra el luso se convirtió en la solución más clara junto a Khedira y Xavi Alonso para el centro del campo. Ozil fue el damnificado. Mourinho, que ya se planteó la posibilidad de tres medioscentros defensivos en Barcelona pero optó al final por salir solo con dos, estaba convencido de que esta era la idea. Dado el potencial del Barcelona, por un lado, y su canal de creación y tras el escarmiento del 5-0 en la ida.

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