Diario de León

LA copa vuelve a ser blanca tras 18 años | El segundo de los cuatro clásicos para el Madrid

El Madrid más Real (0-1)

Un soberbio testarazo de Ronaldo en la prórroga da al equipo merengue una Copa esperada desde la época de Benito Floro

Los jugadores del Real Madrid muestran su euforia tras recibir el trofeo como campeones.

Los jugadores del Real Madrid muestran su euforia tras recibir el trofeo como campeones.

Publicado por
ignacio tylko | valencia
León

Creado:

Actualizado:

Cristiano, un prodigio de la naturaleza en potencia, velocidad y ambición, se elevó entre todos en la prórroga y dio al Madrid su primera Copa del Rey en 18 años, la decimoctava en su historia. El portugués ejecutó en Mestalla un planteamiento que a Mourinho le salió a las mil maravillas, con Pepe como descomunal 'todocampista', y acabó con la hegemonía del Barça.

Venció el Madrid, quizá porque tenía más necesidad, pero pudo ganar cualquiera en choque trepidante, magnífico, orgullo del fútbol español en el mundo. Un no va más sin rectificación posible, una cita bien conducida por el Madrid hasta el descanso y dominada después por el Barça, frenado en seco por Casillas y sentenciado por Cristiano. Iker al fin levantó un título que a los blancos se les resistía desde 1993.

Poco difirieron los onces de lo previsto. Guardiola cumplió su palabra y puso en liza a Pinto pese a que su afición deseaba a Valdés, uno de los mejores porteros del mundo junto a Casillas. Una decisión de lo más arriesgada pero adoptada por respeto al portero gaditano y al grupo. Y Pinto respondió a la confianza con una actuación notable, aunque ahora se le acuse de haber podido hacer algomás en el gol.

'Mou' dio una vuelta de tuerca más a su sistema, sin importarle un pimiento los comentarios del entorno. Guste o no, tiene muy claras sus ideas y las ejecuta con personalidad. Alineó a Özil, la gran sensación blanca de este curso, pero dejó en el banquillo a Benzema y tampoco confió en Adebayor hasta bien entrada la segunda parte. Y como Higuaín todavía no está a punto, los merengues afrontaron el cara o cruz copero con Cristiano de ariete. Pensó el técnico luso que sin referencias claras para defender, la zaga sufriría más. Y que para jugar al contragolpe, el Madrid ganaba toque, rapidez y versatilidad. Y acertó de pleno. Hubo, empero, un cambio mucho más significativo respecto al primero de los cuatro clásicos que sorprendió a todos, incluido Guardiola. El Madrid adelantó unos veinte metros todas sus líneas y encimó mucho más arriba al adversario. Tanto sufrieron los catalanes en el primer tiempo que se vio a Busquets fallar pases fáciles, a Piqué tirar pelotazos, a Villa recibir de espaldas balones frontales, como si fuese Fernando Llorente en el Athletic, a Messi perdido en la afanosa búsqueda de espacios imposibles y a Xavi e Iniesta completamente desactivados.

En intensidad, en ganas, en solidaridad, en las disputas y hasta en las protestas airadas al colegiado , el Madrid era mucho más que su rival. El portero salvó un disparo de Cristiano antes de que, a los 44 minutos, un cabezazo imponente de Pepe, que ganó con facilidad en el salto a Alves, se estrellase en el poste y luego se paseara ante la portería. El panorama cambió de forma radical en la reanudación. El Barça fue el equipo que todos conocen y el Madrid empezó a partirse. Messi entró en escena. Gambeteó y distrajo todo lo que pudo. En pleno dominio culé, trenzó una jugada magnífica que acabó en gol anulado a Pedro por un fuera de juego por centímetros. Instantes después, entró Adebayor por un extenuado Özil. El monopolio azulgrana continuó. El gol se veía venir pero una y otra vez los evitaba una mano milagrosa de Casillas, ya fuera para desviar una vaselina de Pedro o un disparo cruzado de Iniesta. Respiró el Madrid, ganó tiempo y arreó al final. Pero Cristiano estaba en fuera de juego y luego Pinto desvió a mano cambiada un disparo de Di María que se colaba. Llegó la prórroga. Más arritmias cardiacas, más pinchazos en el tórax, más hipérbole futbolera. La tuvo Cristiano, en una galopada de galgo, pero la cruzó en exceso.

Sólo a prodigios físicos como el portugués le quedaban arrestos. En la siguiente ya no perdonó. Un centro medido de Di María y un cabezazo soberbio. 'Mou' perdió la Liga pero ganó su primera final a Guardiola. Y espera Europa. ¡Que tiemblen los clásicos!

tracking