«Temo que se rompa la piña»

El seleccionador nacional, Vicente del Bosque, vive los clásicos desde la barrera, donde le invade un preocupación latente por las heridas que pueda ocasionar en el grupo la «intensidad y tensión» que emana de una rivalidad histórica. «Me preocupan las posibles rencillas que puedan dejar entre los jugadores tantos partidos seguidos», explicó el líder del combinado español poco antes de apadrinar en el Hostal San Marcos el libro «¿Qué fue de Joaquín Heredia?», donde el escritor leonés José Luis Gavilanes Laso relata la historia del que fue también seleccionador español en la década de 1930, fusilado durante la Guerra Civil.

«Siempre hubo enfrentamientos, pero sí que me preocupan esos encontronazos porque la piña que hay en la selección es la clave y una de las bases del éxito», explicó Del Bosque, quien confía en que impere «el respeto» en los dos clásicos que aún están por disputarse porque -"continuó-" es «un lujo» disfrutar de este tipo de partidos entre «los dos mejores equipos de Europa, no por su historia sino por su momento actual».

El entrenador salmantino, que lideró a España para conquistar la Copa del Mundo, considera que la semifinal de la Liga de Campeones definirá la «supremacia en el continente europeo» después de que el Real Madrid y el Barcelona «se repartieran los títulos domésticos», Copa y Liga, respectivamente.

También recordó que el título de campeones del mundo «fue un sueño compartido por todos. Nosotros queríamos ganar un Mundial por la afición», explicó Del Bosque, quien asegura que la selección estaba predestinada a conquistarlo por la «generación de chicos» que visten la roja, pero -recordó- «no era sencillo por el equilibrio que hay en el fútbol en este momento».

Ese salto de calidad obliga al grupo a «algo más», puesto que el «buen deportista debe mirar atrás, pero sin regodearse en el éxito y siempre siendo ambicioso. Lo primero será clasificarse para la próxima Eurocopa y luego habrá tiempo de centrarse en otros retos», subrayó Del Bosque.