Música en los pies

No me gustan las estrellas del fútbol, prefiero a los genios, con talento y humildes. Detesto a los equipos que juegan a la defensiva, aunque así saquen rédito; admiro a los equipos que hacen del fútbol un arte.

Con semejantes premisas, es fácil adivinar que el Barça me cautiva y el Madrid me aburre soberanamente. El juego del Barça es pura sinfonía; el del Madrid es monocorde como una zambomba. El equipo de Guardiola despliega buen juego sobre el terreno, el célebre «tiki-taca» que aupó en el Mundial a la Selección -"integrada mayoritariamente por barcelonistas-.

Los blancos y los blaugranas representan dos formas de entender e interpretar el fútbol diametralmente opuestas; también sus entrenadores. Cuando Pep abandone el Barça, habrá dejado un estilo, una forma de concebir el fútbol y una espléndida cantera. Cuando a Mourinho lo echen o se vaya, quedará un solar, tierra quemada y una deuda descomunal por fichajes de relumbrón. Messi, Iniesta, Puyol, Xavi, Busquets-¦ todos salieron de La Masía. Al Madrid le gustan las estrellas, aunque no brillen en el campo, como ocurrió con Beckham. Ronaldo, su actual astro, es producto de gimnasio. Messi es un chico de la calle.

Tampoco las aficiones se parecen. Los del Madrid apuestan por ganar en el último segundo, aunque sea marcando con el culo. Los seguidores del Barça paladean cada pase. El Madrid anhela salvar con la Liga de Campeones muchas temporadas «en blanco». El Barça ya ha sonado a gloria-¦