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León abruma en el primer asalto

Jorge García, Seawright y Quezada lideran la exhibición de los de De Grado frente a un Breogán que no fue tan ogro

Jorge García intenta anotar en el aro del Breogán superando a su marcador Hicks y ante la mirada de

León

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Baloncesto León dio primero en la eliminatoria de cuartos de final del play-off de ascenso. Y lo hizo con una demostración de poderío frente al Breogán (82-69) al que fulminó con dos de sus mejores armas, defensa y velocidad en las transiciones. El primer paso hacia semifinales ya está dado. Eso sí, el domingo llega el siguiente pero el golpe moral que le ha propinado el plantel de De Grado a su oponente pueda pasar factura a un Breogán que llegaba pletórico al palacio y que al menos tras el primer envite se va cabizbajo.

En un pulso de viejos conocidos el más mínimo detalle puede desequilibrar la contienda. León y Breogán eran conscientes de ello. Por eso cada uno intentó jugar sus armas, imponer su estilo sobre la pista. A pesar de ganar el salto inicial, no fue el plantel local el que primero acertaba ante el aro. Betinho, sin duda el mejor de los santiagueses, se encargaba de cobrar la primera renta para un Breogán que en apenas dos minutos cobraba una renta de dos puntos. Su mayor margen porque en un visto y no visto, con dos triples consecutivos de Jorge García (ya contabilizaba tres) León aplicaba un parcial de 8-0 que dejaba el electrónico en 11-5. Y además con el añadido de la segunda personal de un Arteaga que a pesar de sus centímetros era incapaz de frenar a Seawright, dueño y señor de ambas zonas.

Con seis puntos de colchón los de Javier de Grado mantenían el encuentro controlado. Ni el tiempo muerto solicitado por Pepe Rodríguez varió el panorama. Tal vez para que los lucenses estabilizaran la situación evitando una muerte deportiva prematura. El 14-11 tras completar los primeros diez minutos lo decía todo.

La segunda entrega también trajo consigo una canasta inicial de los lucenses. Pero León no estaba dispuesto a ceder la delantera en el juego. NI tampoco Seawright que en dos acciones devolvía el empate al marcador. A cinco minutos para el descanso los visitantes, aprovechando la sequía anotadora del perímetro local, en especial de Quezada, alcanzaban su mayor botín. Eso sí, poco clarificador (20-25). Julio y Kahiem respondieron con acierto al reto. Y en esas también un Quezada que despertaba a tiempo. Seis puntos suyos en apenas dos minutos permitieron a León irse a vestuarios con ventaja, exigua pero significante (32-31). Los dos primeros asaltos se los había llevado a los puntos. Y como mejor sabe, con una defensa intensa y corriendo.

Eso sí, lo mejor iba a venir tras los diez minutos de pausa. León salió más intenso que nunca, con una presión extenuante sobre el adversario y una zona que ahogaba cualquier intento lucense de ser productivo bajo aros. Además la mejor versión de Quezada hacía explotar la defensa santiaguesa en mil pedazos. Ocho puntos casi consecutivos obligaban de nuevo a Pepe Rodríguez a solicitar tiempo muerto. El choque se le iba de las manos. En gran medida porque los locales ya contaban con diez puntos de margen que incluso se fueron a 13 con el 50-37. Con Seawright dueño y señor de la pintura, Manny y Jorge García letales en el perímetro y un Bernabé pletórico en la dirección de juego el panorama pintaba realmente bien para los de De Grado. Ni la liguera reacción lucense impedía que la batuta de los locales se impusiera sobre un rival con mucho arsenal pero ayer atascado ante el juego de León. A diez minutos para cerrar el primer pulso de cuartos de final del play-off el electrónico mostraba un 61-61. Y los locales directos hacia su primer éxito en la serie.

Con un cuarto por delante y en dinámica ganadora ni el despertar de Arteaga impidió que el colchón se viera reducido. El único peligro podía venir de las faltas personales de los hombres altos de León, en este caso de Seawright, Fontet y Jorge García. El primero era eliminado a poco más de cinco minutos para el final. Fontet, con cuatro, resistía como podía. Pero si de algo puede presumir este equipo es de eso, de jugar como grupo y a la falta de centímetros y músculos en la pintura. A poco más de tres minutos para cerrar el envite el 76-64 para los locales. La faena estaba casi hecha. Pero faltaba rematarla. Corazón, orgullo y el apoyo de una grada que vibró con el juego leonés fueron los argumentos que condimentaron los locales en ese tramo final. Con posesiones largas y a pesar de ciertos fallos en ataque, el rebote en defensa, nuevamente una de sus grandes cualidades, dejaban la situación en un 78-69 a escasos 43 segundos para la conclusión. Fontet ponía el 82-69 en sendos mates. La fiesta era total. León se encaminaba a un triunfo de alta escuela ante los olés de la grada que despedía a sus gladiadores con la imagen del 82-69 en el electrónico. El domingo espera otra lección de baloncesto. Si es como la primera Baloncesto León volverá a salir airoso y triunfante.

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