Un triunfo para encauzar la serie

Sin apenas tiempo para digerir su excelsa actuación en el primer envite del play-off de ascenso, Baloncesto León afronta hoy (19.30 horas) el segundo envite de la eliminatoria frente al Breogán y lo hace dispuesto a mantener su gran tono. Y a sumar un nuevo triunfo que le pondría en franca ventaja para sacar adelante un examen complicado, aunque también clarificador de un equipo que lució en la fase regular y que por lo acontecido el viernes sigue a lo suyo, jugando a un gran nivel y sumando, que es lo más importante.

El golpe moral dado al Breogán, que llegaba con la vitola de equipo más en forma de la competición tras haber acumulado ocho victorias consecutivas, puede ser incluso más contundente si los leoneses sacan adelante este segundo choque en el que nuevamente la defensa volverá a ser determinante. Y ahí entra el dominio en el juego interior. A pesar de contar con menos físico los de De Grado fueron capaces de dominar en la pintura. Especialmente porque Seawright, Jorge García, Fontet y Quezada se impusieron a un enemigo en el que Arteaga sólo apareció en el tramo final mientras que Hicks y Brown apenas dieron muestras de su clase. Mantener esa dinámica será fundamental. Lo mismo que asegurar la batalla del juego exterior. Quezada, que sin duda alguna parece haber recuperado su mejor versión, Julio González, Riol y un Rocchia que poco a poco va cogiendo la dinámica e intensidad de los encuentros deben bastarse para si no diluir por completo sí neutralizar el peligro que representa especialmente el alero portugués Betinho. También de un Feldeine que en el primer envite de cuartos de final no estuvo lo fino que su entrenador requería. Amador, especialmente en los lanzamientos triples, también es un jugador a tener en cuenta aunque ninguno de los tres debe contabilizar en conjunto mejores números que la artillería que pondrá sobre la pista del Palacio de Deportes Javier de Grado.

Lo de la dirección de juego también parece discurrir a favor de los locales. Primero porque Mokongo, el base titular de los lucenses, sufría un esguince en los minutos finales del encuentro que le convierten en duda para el choque. Segundo porque desde el primer minuto Juanjo Bernabé y Jorge Calvo demostraron ser mucho más solventes. Y tercero, porque tampoco Vallmajó solventó la papeleta que se le presentó al técnico gallego Pepe Rodríguez a la hora de fijar el ritmo de partido que más le convenía.

Eso sí, cada encuentro es un mudo y Baloncesto León es consciente que la primera batalla la superaba con nota. Pero quedan otras más y por eso, nada mejor que aplicar las mejores recetas a este nuevo envite con el que al menos, si logra sacarse adelante, viajar a Lugo con un 2-0 tranquilizador y dispuestos a que en esta ocasión la eliminatoria de cuartos de final caiga de su lado. La primera piedra ya la colocaba el viernes con ese esclarecedor 82-69. Hoy espera colocar la segunda.