Un triunfo que pone fin a medio año de calvario donde llegó a pensar en dejarlo
El triunfo de Dani Pedrosa en Portugal supone el fin a medio año de calvario, seis meses en los que el piloto español de HRC ha llegado hasta el punto de temer tener que abandonar su profesión. Todo viene a raíz de la caída del año pasado en Motegi en que se fracturó la clavícula izquierda, y los problemas vasculares que derivaron de la presión que ejercía la placa de titanio con que le fijaron la fractura. «Después de Qatar y Jerez, donde se me dormía el brazo en carrera, al ver los resultados de las pruebas médicas llegué a temer por mi carrera deportiva». Así de crudo. «Si ésta operación -”pasó por el quirófano tras el Gran Premio de España-” no funcionaba, ya no sabía qué más podía hacer, habría tenido que recurrir a soluciones mucho más drásticas, con un mínimo de tres meses de recuperación, y ver como perdía ésta temporada» relató Dani al bajarse del podio de Estoril.