De la depresión al «podemos»

En plena depresión por la derrota ante el Zaragoza que extendió y amplificó las críticas hacia sus planteamientos conservadores, José Mourinho conoció ayer otra mala noticia, la designación oficial del belga Frank De Bleeckere, uno de sus árbitros -˜enemigos-™, para dirigir la vuelta de semifinales de la Liga de Campeones de mañana martes en el Camp Nou.

El belga fue uno de los citados expresamente por el técnico portugués al término del partido de ida porque, a su juicio, han beneficiado al Barcelona en las últimas campañas de la -˜Champions-™.

De Bleeckere pitó la vuelta de semifinales del año pasado entre el equipo azulgrana y el Inter de Milán, entrenado en aquel momento por Mourinho. Y expulsó a Thiago Motta, a los 27 minutos de la primera parte, por un manotazo a Busquets. Tampoco gustó al madridismo su arbitraje en el choque de vuelta de octavos de final de la -˜Champions-™ que le pitó en Anfield en la campaña 2008-09. El Liverpool de Rafa Benítez ganó por 4-0, pero los blancos consideran que indicó un penalti injusto por mano de Heinze que supuso el segundo tanto y el adiós anticipado a la eliminatoria.

Puestos a tener que -˜quemar-™ a un árbitro en un partido ardiente, la Uefa ha preferido designar a un veterano que al término de esta temporada dejará de ser internacional por edad. El próximo 1 de julio cumplirá 45 años y tiene la experiencia de haber pitado en dos Mundiales y una Eurocopa. Trabaja como relaciones públicas de una empresa que fabrica escaleras y es árbitro de cuna, ya que su abuelo y su padre también fueron jueces en la Primera División belga.

El partido se presenta muy áspero para De Bleeckere después de lo acontecido en el choque de ida, cuando la expulsión de Pepe encrespó a los blancos y especialmente a su entrenador, que fue igualmente expulsado y podría ser sancionado por la Uefa con varios partidos tras sus acusaciones sobre un presunto trato de favor al Barça.

Por cierto que las denuncias cruzadas de blancos y azulgranas obligan al organismo rector del fútbol europeo a adelantar los plazos y a reunirse hoy para decidir si acepta entrar a debatir sobre estas quejas oficiales u ordena su archivo. Si las admite a trámite porque entiende que Mourinho pudo atentar contra la historia y prestigio de los cules y/o que el Barça incurrió en conducta antideportiva por fingir lesiones y agresiones, lo más normal es que la Comisión de Control y Disciplina sancione en su reunión del próximo viernes. Si serán efectivas antes del choque las suspensiones a Pinto, Pepe y Mourinho por sus expulsiones en el Bernabéu.

Pese a que la derrota ante los maños dolió, y más tras conocer que luego los de Guardiola perdieron en Anoeta, acabado el partido ya se lanzaron mensajes de -˜podemos-™. «El Madrid es el club del mundo más habituado al heroísmo. Tenemos orgullo y unos jugadores extraordinarios», expresó Jorge Valdano, el director general del club. «Se puede lograr. Tenemos plantilla para ello», insistió Higuaín. Y, por vez primera, Mourinho se puso la piel de cordero, asumió su culpa por no saber mentalizar a la plantilla ante los maños y se olvidó del penalti sobre Kaká no pitado por el valenciano Ayza Gámez. Una forma de rebajar la tensión.

En el plano estrictamente deportivo, Mourinho ya prepara la vuelta, donde las circunstancias le obligan a anteponer la clase al músculo. El 0-2 y las ausencias de Pepe y Ramos, por sanción, y Khedira, por lesión, marcan un partido que, a priori, se presenta más de ida y vuelta que los anteriores porque al Madrid no le sirve con esperar y buscar el contragolpe. La principal duda reside en el ataque, donde Adebayor y Benzema luchan por una plaza, con más opciones quizá para el togolés, ya que no jugó ante el Zaragoza. Se especula con un once formado por Casillas, Arbeloa, Albiol, Carvalho y Marcelo, en defensa; Xabi Alonso, Lass y Özil, en el centro del campo, con Cristiano, Adebayor y Di María en la punta de ataque. De confirmarse, un once muy ofensivo que presagia un partido precioso.