Ahora toca ganar en Lugo
León dilapida una renta de nueve puntos y cede en el último cuarto frente al Breogán. El reto ahora es «mojar»a domicilio
Baloncesto León no pudo hacer pleno en sus dos compromisos como local del play-off de ascenso a la ACB. En su primer envite logró llevarse el gato al agua pero en el segundo, cuando todo parecía a su favor con nueve puntos de margen a falta de diez minutos, la rigurosidad arbitral y un enemigo enrachado voltear on el panorama de tal manera que al final el electrónico reflejaba un 76-82 a favor de un Breogán que recupera el factor cancha y que obliga a los de De Grado a «mojar» en feudo lucense.
Cada encuentro es un mundo y cada batalla deportiva diferente. La de ayer entre leoneses y lucenses lo dejó patente. Primero porque los locales llegaban con los deberes hechos del primer encuentro y con la tranquilidad que conlleva el haber iniciado la serie con ventaja. Segundo, porque el Breogán no podía permitirse otro tropiezo que le dejara contra las cuerdas. Esa tensión que imprimieron los gallegos se notó desde el salto inicial.
No estaban dispuestos a dar concesión alguna. Iban a morir matando. Su deseo chocó pronto con la consistencia de los de De Grado que con el salto inicial en su zurrón lograban estrenar el electrónico en una acción marca de la casa de Quezada. El propio escolta dominicano y Jorge García iban a establecer las primeras diferencias a favor de León con el 8-3 que apenas consumidos tres minutos obligaba al técnico lucense a solicitar tiempo muerto. Pero el guión, al menos en los siguientes minutos no varió. Con Seawright y Julio González dueños de la zona los locales incluso dispusieron de seis puntos a su favor y posesión (13-7). Feldeine era el único que respondía en los visitantes. Sus diez puntos propiciaban que en el tramo final el Breogán comprimiera el marcador e incluso cobrase una exigua renta. Eso sí, neutralizada en la última jugada de este cuarto con el triple de Rocchia (18-18).
La segunda entrega apenas varió los parámetros. La igualdad fue la nota dominante. Porque cada jugada se peleaba como si fuera la última. Cada balón como si de él dependiera el resultado final. León aguantó la reacción lucense e incluso tuvo recursos para recuperar una renta que transitaba entre los tres y los cinco puntos. Además, Jorge Calvo y Juanjo Bernabé estaban desquiciando a los dos bases gallegos, especialmente a un Mokongo que se llevaba una antideportiva en una acción con Calvo. El choque discurría en un intercambio de golpes que al descanso, como ya sucediera en el primer encuentro de la serie, dejaba a León mejor situado, ganador a los puntos como así reflejaba el electrónico (38-37).
Otra vez más el paso por vestuarios traía consigo un nuevo escenario. Los de De Grado salían más enchufados, intensos y consistentes. Fruto de ello fue el parcial de 4-0 que les situaba cinco arriba (42-37). Ni los seis puntos consecutivos de los lucenses impidieron que la máquina perfectamente acompasada de los locales les permitía dominar todas las facetas del juego. El empate a 47 iba a marcar el destino de los cinco minutos restantes. Porque en un visto y no visto León se embarcaba en un margen de ocho puntos (59-51). Ni la tercera personal de Bernabé varió la dinámica. Tampoco el tiempo solicitado por un Breogán que empezaba a desangrarse (62-53).
Los locales lo tenían en su mano. Pero no contaban con un par de decisiones arbitrales rigurosas en su contra que despertaron a un enemigo moribundo. Una antideportiva a Seawright y la posterior quinta personal al pívot americano de León diezmaron su consistencia bajo aros. Los gallegos empezaban a encontrarse cómodos con un pulso que se dirigía más a lo físico, el desgaste, que a la calidad. Los de De Grado empezaban a ceder su renta. A cinco minutos Vallmajó, ayer el timonel de los visitantes, situaba el 66-68. León aguantaba el tipo pero su frescura empezaba a desaparecer. Con empate a 73 todo estaba en el aire pero al final el Breogán contaba con esa pizca de suerte que le permitió igua lar la contienda. El miércoles espera otra entrega, esta vez en Lugo. Y ahí León puede volver a erigirse en el dominador de la eliminatoria.