Diario de León
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León

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Intratables los Red Bull, en puestos de ascenso los McLaren y Ferrari-¦ luchando contra el viento: Istanbul a la vista. La segunda etapa del Mundial 2011, que se declina en tres carreras en las cuatro próximas semanas (Turquía, España, Mónaco y Canadá), contempla como crucial la cita turca; prueba de fuego para los equipos con aspiraciones a la corona mundialista y el atractivo suplementario de volver al horario normal de las dos de la tarde -vinín y tapinas como telón de fondo- mientras, eso también, pilotos y mecánicos afrontan el desafío de correr -al volante unos, en boxes otros- en uno de los más exigentes escenarios del campeonato para motores y neumáticos.

Situado en el lado asiático de la ciudad frontera entre dos mundos, diseñado por el arquitecto Hermann Tilke, que desembarcó en el circo mundialista hace media docena de años, Istanbul Park se caracteriza por desniveles tan importantes (se superan los 43 metros entre sus partes alta y baja) que acaban por convertirse en un auténtico infierno para pilotos y coches. Si a esto añadimos que se corre en sentido contrario a las agujas del reloj y que su recta principal supera los 650 metros-¦ la emoción «debe» estar servida: 4,4 fuerza G soportan los pilotos -sus cuellos «pegados» al lado derecho del cockpit- en la célebre curva 8 durante no menos de 5 segundos, a una media de 270 por hora. ¿Quieren más? Pues hay más...

Entre las curvas 1 y 7 es donde mejor se puede adelantar, aunque será en la frenada de la «12» (en 2ª a 90 por hora) donde más puedan producirse; especulaciones, ya saben. Lo único cierto, hasta la fecha, es que Felipe (Massa, por más señas) se ha erigido en el rey de Turquía, imponiendo su ley en la mitad de los grandes premios disputados allí, hasta que lo destronara Button en 2009. El entonces futuro campeón del mundo jugó tan bien sus cartas frente a Vettel -la «cosa» ya apuntaba maneras- que acabó por romper con la ley no escrita de que el poleman se alzaba también con la victoria.

Por cierto, de esa pelea de gallos, del río revuelto, saldría beneficiado el año pasado McLaren. ¿Y Fernando? Pues Alonso «sólo» ha logrado ser segundo en el Parque de Estambul (2005 y 2006) con lo que la turca -la cita, no la «pasión»- es una de las asignaturas pendientes del español. La otra, en el caso de Il Cavallino, luchar tanto contra el viento... hasta aliarse con una aerodinámica que se le ha mostrado esquiva a Ferrari desde principio de temporada. Aún más, por mucho que se muestren fiables -¿el mundo al revés?- los monoplaza de Maranello, lo cierto es que no corren lo que deberían, una lentitud que se ha traducido -hasta la fecha- en resultados por debajo de lo esperado. «Reñidos» con el túnel de viento -el de Toyota, también utilizado por McLaren, en una suerte de «implementar» tecnologías-, los técnicos de Ferrari parecen trabajar a marchas forzadas... a la búsqueda del esplendor perdido, en pos de una victoria que se les ha venido negando en lo que va de año mientras, para variar, Fernando rema contra corriente -será por que no esté acostumbrado- y, nunca mejor dicho, contra los elementos.

Por lo demás, y para los amantes del amarillismo deportivo, recordar que Estambul fue el escenario, el año pasado, del primer escarceo del duelo fratricida Vettel versus Webber: vuelta 40, enganchón... y los dos a la calle; mientras McLaren, que acabaría firmando un doblete, deleitaba a la parroquia con un cerrado duelo entre sus pilotos, con Hamilton como ganador. Y a Ecclestone, -a la sazón propietario del circuito turco y mandamás de la F1- que quieren «moverle la silla». Sólo un rumor aunque tampoco a nadie se le oculta que, a sus ya 80 años, a lo mejor soplan vientos de «retirada»... más o menos honrosa. Se verá. En fin, ahí van las claves de Istanbul Park: sentido contrario a las agujas del reloj, ondulaciones y curvas de alta carga aerodinámica, asfalto muy abrasivo -¿cómo se comportarán los Pirelli?- y... Ferrari luchando contra el viento. ¡Que lo disfruten!.

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