Un punto da la salvación (2-2)

La plantilla de la Cultural, el cuerpo técnico y los empleados de las oficinas de la entidad deportiva cumplieron con su cometido. Salvaron la categoría de un club con casi un siglo de vida a cambio de ser maltratados por sus dirigentes. Seis meses sin pagar a unos trabajadores, que si por algo se han caracterizado a lo largo de la temporada es por demostrar su profesionalidad a golpe de partido. El equipo precisaba un punto para salvar de forma matemática la categoría. Y en otra muestra más de amor hacia unos colores sacaron un empate que bien pudo ser una victoria si no es por la incompetencia arbitral en forma de colegiado gallego García Corral, que se encargó destrozar el encuentro para el conjunto local (2-2).

Un empate que salva lo deportivo pero que no resuelve la nefasta situación económica por la que transita la entidad deportiva. Los dirigentes de la Cultural tienen algo menos de dos meses para evitar la liquidación de la sociedad deportiva, que debe cumplir con el pago de 1,5 millones de euros (250 millones de pesetas) antes del próximo día 30 de junio. De lo contrario, el club leonés está abocado a la desaparición. Los jugadores no quieren escuchar nada a cerca de renovaciones si antes no se soluciona el apartado económico. Nadie ni nada ablandará lo que piensan hacer nada más que termine la Liga.

Los profesionales cumplieron con su cometido: salvar el aspecto deportivo. La pelota, tras el punto sumado frente al Deportivo Alavés, está en el tejado de los dirigentes culturalistas, que están obligados a encontrar a través de quién sea, llamese Javi, Pepito o Manolito, el dinero que hace falta para que no se consume la desaparición de un club histórico como la Cultural y Deportiva Leonesa, seña de identidad de todos los leoneses, que han arropado en los últimos y decisivos partidos porque su equipo de fútbol es tanto para León como la Catedral, San Isidoro, San Marcos y Guzmán.

El juego de la Cultural volvió a demostrar que está muy bien trabajado. El entrenador Alberto Monteagudo ha hecho una gran labor en León, pese a que sus detractores le condenaron antes de tiempo a un descenso que finalmente no se ha producido. Ha unido a un vestuario roto por unos jefes en los que no cree ni el recogepelotas de los domingos y se ha repuesto después de perder en diciembre a tres jugadores (Orlando, Curro y Pardo) con el único recambio de Adrián Jiménez, que todavía no ha debutado. Además, el juego de su grupo de jugadores le ha venido a dar la razón. Nadie hace mejor fútbol que la Cultural. Ni siquiera los gallitos de la categoría. Si alguien le hubiera hecho caso cuando demandó un delantero con talante en el área, otro gallo habría cantado en el corral blanco.

A falta de una jornada para el final del campeonato de Liga, el equipo culturalista está salvado en lo deportivo. Un éxito. Si alguien asegura lo contrario, que pruebe a trabajar medio año sin cobrar y entonces entenderá las palabras de Alberto Monteagudo tras el encuentro ante el Alavés: «El objetivo está cumplido».

Quedan por delante menos de dos meses para intentar la salvación económica. Si alguien está dispuesto a poner un millón y medio de euros para salvar a un club histórico ya sabe a donde acudir. Sin intermediarios. No sea que...