LUTO EN LA RONDA ITALIANA
El Giro dedica la cuarta etapa a Weylandt
El pelotón del Giro de Italia ha rendido homenaje a Wouter Weylandt en una cuarta etapa en la que no ha habido competición, sino un cómodo paseo de 216 kilómetros entre Génova y Livorno que ha empezado con un minuto de silencio en recuerdo del ciclista belga fallecido y ha terminado con el equipo Leopard unido cruzando la línea de meta. Angelo Zomegnan, director del Giro, ha anunciado que se respetaría la voluntad de los corredores. La del equipo Leopard de Weylandt ha sido salir a la carretera, la del resto de escuadras, también, sin disputa por medio.
Caras tristes, cabezas mirando al suelo, pocas ganas de subirse a la bicicleta, pero los 206 corredores que siguen en el Giro conformes con dedicar la etapa a Weylandt. " Un Giro es poco al lado de una vida ", comentaba Jorge Azanza (Euskaltel), uno de los que presenciaron la tragedia de cerca. A un paso del puerto genovés, el Leopard formó con sus ocho corredores en línea. Pocos metros detrás los líderes de la general (David Millar, Garmin), de la montaña (Brambilla, Colnago), por puntos (Petacchi, Lampre) y de los jóvenes (Bakelanddts, Omega). A cinco metros, el pelotón, en actitud emocionada y respetuosa.
Tras un minuto de silencio se ha dado la salida poco antes del mediodía. " En los momentos difíciles solo se detiene el que no sabe dónde andar, y nosotros andamos para ir a Livorno. Ayer pasé uno de los peores días de mi vida cuando fue a recibir a la mujer de Weylandt ", decía Zomegnan, un hombre solemne cuando habla. El francés Jerome Pineau, excompañero de equipo y habitación de Weylandt, recordaba antes de la partida que " nadie nace para morir así ", y que " el ciclismo es un trabajo peligroso ". Otro amigo del belga fallecido, el estadounidense Tyler Farrar, compañero de entrenamientos y vecino de Gante, anunció su decisión de abandonar el Giro por la " pérdida de un hermano ".
Un trayecto bajo el sol que ha compañado al grupo desde la costa Liguria a la Toscana. El pacto de los equipos incluía el compromiso de tirar 10 kilómetros cada uno y llegar sobre las 17.30 horas a Livorno, ciudad con fama de irónica y divertida, en esta ocasión con el cuerpo para pocas bromas. No se ha cumplido el pacto horario, ya que se ha producido un desfase de media hora y tampoco ha faltado un pequeño susto, con una caída que ha afectado al ruso Denis Menchov, sin consecuencias. Una jornada que ha terminado tras casi seis horas encima de la bicicleta y de forma muy emotiva.
A tres kilómetros de meta el Leopard se ha situado en cabeza con sus ocho componentes en fila horizontal, más Tyler Farrar, el estadounidense del Garmin íntimo amigo de Weylandt, su " hermano ". Por detrás, abanderando al pelotón, la maglia rosa, David Millar. Ocho hombres en una sola lágrima que ocupaba el ancho de la carretera e infinitos metros en vertical, tal vez hasta la altura donde se supone que está Wouter Weylandt, aquel joven de 26 años que se dejó la vida en una curva del Passo di Bocco. Ese lugar lo han visitado por la mañana sus padres y su mujer, Anne Sophie, embarazada de cinco meses.
Allí han quedado flores y el recuerdo imborrable de un ciclista que dejó algo más que amigos en el pelotón. Mañana se disputará la quinta etapa entre Piombino y Orvieto, de 191 kilómetros. Jornada de media montaña con los altos de Saragiolo y Croce di Fighine, ambos de tercera. El recorrido incluye tres tramos de tierra con un total de 19 kilómetros y el final en ascenso propicio para los ataques. Saldrá de líder Millar (Garmin), con el español Ángel Vicioso (Androni) segundo en la general a siete segundos, y el bielorruso Konstantin Sivtsov (Columbia) tercero, a nueve.