Un piso para tapar agujeros

El que se autodenomina como nuevo propietario de la Cultural, Javier Baena, no tiene la intención de pagar de su bolsillo la deuda que mantiene el club leonés y que se eleva a los 1,5 millones de euros (250 millones de pesetas), que debe cubrirlos antes del próximo día 30 de junio. Como primera medida para afrontar la deudas más urgentes (con la Seguridad Social y la Agencia Tributaria), que por otra parte paralizan la entrada de subvenciones procedentes del Ayuntamiento de León y de la Diputación Provincial, intenta vender el piso que era utilizado como sede social del club antes de mudarse al estadio Reino de León, situado en la calle República Argentina, en pleno centro de la ciudad leonesa, pese a que la vivienda está hipotecada por Caja España-Duero como aval de una importante cantidad económica que la sociedad deportiva debe a la entidad bancaria.

El piso utilizado en su momento como sede del club está hipotecado por Caja España hasta los 110.000 euros, además de los preceptivos intereses, que la Cultural adeuda a la entidad financiera. El que dice ser nuevo propietario del club leonés parece tener un comprador inminente del inmueble, cuyo precio de mercado asciende a unos 260.000 euros (algo más de 43 millones de pesetas).

El que se autoproclama nuevo dueño de la Cultural, con el dinero del comprador, debe rescatar la hipoteca abierta con Caja España-Duero para posteriormente quedarse con el dinero sobrante, alrededor de 150.000 euros (25 millones de pesetas), y después negociar un primer pago fuerte con la Tesorería de la Seguridad Social y con la Agencia Tributaria para obtener los certificados correspondientes con ambos organismos del Estado que le permitan percibir las subvenciones.

El cuento de la lechera de Javier Baena tiene fecha de caducidad, el día 30 de junio.

Si antes de ese día no consigue el dinero que es necesario para que la Cultural cumpla con el convenio de acreedores (212.000 euros), pague a los jugadores, cuerpo técnico y empleados (725.000 euros) y otros pagos aplazados (100.000 euros), la sociedad anónima deportiva entraría en liquidación, con Emilio Guereñu de liquidador.