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Djokovic desgasta a Nadal

El español vuelve a caer ante el serbio en la final de Roma y ha perdido ya, por primera vez en su carrera, dos finales sobre arcilla en una misma temporada

El serbio Novak Djokovic y el español Rafa Nadal posan con sus trofeos tras la victoria del balcánic

El serbio Novak Djokovic y el español Rafa Nadal posan con sus trofeos tras la victoria del balcánic

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No importa que venga de un pa rtido de tres horas el día anterior. O que enfrente tenga a uno de los mejores jugadores sobre tierra batida de la historia. Novak Djokovic está en un momento de su carrera deportiva en el que consigue todo lo que se propone. Ayer domingo fue más fuerte y mejor en los momentos decisivos. Sus golpes resultaron más decisivos y potentes. Jugó con valentía, con mucha confianza. Pero no es solo una cuestión tenística. Va más allá. Es un asunto mental. Independientemente del juego mostrado en la final del Masters 1.000 de Roma y en las tres anteriores, el balcánico ha erosionado el mito de Nadal en arcilla y ha anulado su temido juego en esta superficie. El español nunca había perdido dos finales en polvo de ladrillo en una misma temporada. Ya son dos las logradas por Djokovic en 2011. Ningún tenista había doblegado al número uno del mundo cuatro veces en el mismo curso. Y el serbio lo ha conseguido. Después de dos horas y 12 minutos de lucha sin descanso, el mejor tenista del momento cerró su victoria número 37 por 6-4 y 6-4 y logró su séptimo título en lo que va de temporada.

La lluvia retrasó más de tres horas la final masculina. Con ese contratiempo, y mucha más humedad que los días anteriores, se inició un duelo en el que el mantenimiento de los servicios por parte de cada uno marcó los primeros compases. Nadal necesitaba su servicio. Requería permanecer cerca de la línea de fondo para dominar el punto e inquietar a su oponente. Por su parte, Nole comenzaba a sacar el puño y a disparar tiros demoledores. Mandaba con el revés, definía con la derecha. Por ello, el balear evitaba los interminables peloteos de su -˜drive-™ sobre el revés del balcánico. Pero Djokovic no cedía, no notaba el cansancio. Se mostraba infalible desde el fondo de la pista al tiempo que el manacorense no encontraba los huecos. Además, en el octavo juego, el saque no le funcionó. El español reculó. Y lo pagó. El primer -˜break-™ del partido cayó del lado del ganador en Madrid, Miami e Indian Wells y puso el 5-3.

Era el momento de cerrar el set, de demostrar por enésima vez su difícilmente mejorable estado de forma. Pero se encontró una adversidad. Nadal no se dio por vencido y le devolvió la moneda. El español huyó del enfrentamiento directo. Levantó la bola, evitó el temido golpe en carrera de Nole, y completó la rotura. Sin embargo, enfrente tenía un problema: Novak Djokovic. No estaba cansado ni sentía la tensión. Corrió de un lado a otro, sin desistir en ningún punto, y obtuvo su recompensa. En su primera oportunidad, volvió a romper el servicio de su rival y dio la primera estocada al partido.

1397124194 El físico de Nole, clave . Y es que es el momento de Djokovic. Es un jugador extraordinario. La heroicidad que imprime el cinco veces campeón de Roland Garros a cada partido importante chocó con un tenista sin matices. Hacía estiramientos y corría de un lado a otro de la pista. Se quejaba de su físico pero no dejaba de destrozar la pelota con sus golpes ni de correr a por las bolas. Seguía empeñado en destruir la leyenda de Nadal. Al mismo tiempo, al español le faltaban las ideas. Un servicio mantenido por el balcánico, sumado a un -˜break-™ en el siguiente juego, inauguró el set. Demasia dos golpes de revés del mallorquín. A ello se sumaba que era incapaz de cubrirse con su derecha, de dominar el punto. Incluso el poderoso -˜drive-™ del español flaqueaba. Muchas ventajas a Nole que las aprovechó.

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