Un talento irreverente con un objetivo, lucir el número uno

Maverick significa (en inglés) disidente, inconformista. No es un nombre de pila, pero Ángel Viñales, pescador de Roses (Girona), quiso llamarle así a su hijo al quedar fascinado por la película Top Gun. El apodo del protagonista.

El joven Viñales no es un chaval difícil. Al contrario (pese a su éxito en el motociclismo sigue sus estudios y quiere cursar Derecho en la Universidad para ser notario), pero emuló en Le Mans al personaje que le dio nombre desafiando el statu quo de la categoría pequeña del Mundial, y batiendo a Terol, líder y máxima autoridad este año en 125cc, con un adelantamiento osado, al límite, en el último viraje. «Es un sueño. Antes de la carrera no me lo podía ni imaginar», decía Mack tras bajarse del podio, donde no pudo brindar con cava por cuestiones de edad: con tan solo 16 años, es el piloto español más joven en ganar un gran premio. Pese a su juventud, Viñales manejó la batalla táctica con el experimentado Terol con la frialdad de un veterano, y lidió con temple la rueda de prensa: «Lo importante es que esta victoria no me levante los humos, y mi capricho sería estar ya en Montmeló para correr la próxima carrera». Y es que lo de Viñales no es casualidad. Lo dice su trayectoria, que incluye el Nacional y el Europeo del pasado año en el octa vo de litro. Un palmarés que tiene un reto a corto lazo, el Campeonato del Mundo. Si no es el del 2011 será el siguiente.