La estadística es ahora su vida

Cuando se habla del banquillo del Ademar su nombre no es de los primeros que surge en boca de cualquier aficionado. Manolo Cadenas, Jordi Ribera o Isidoro Martínez son nombres que tienen más presencia en la memoria sentimental de cualquier seguidor ademarista. Pero en la temporada 94-95 el inquilino de ese banquillo y el responsable de un equipo que en aquel entonces sólo podía aspirar a ser el germen de algo grande era el catalán Jordi Álvaro, un técnico curtido durante años en el Atlético de Madrid que esa campaña decidió embarcarse en la aventura leonesa, en el Prosesa Ademar de aquella época.

En la temporada 1994-1995 la plantilla se renovó por completo. El cuerpo técnico lo formaban Jordi Álvaro junto con un jovencísimo Isidoro Martínez, recién retirado, como segundo. La plantilla estaba formada por el húngaro Biro y «Pasqui» como porteros; Lamarca, Hermida, Bayo, López, Carlos, Buján, Cabero, Publio, Montalvo, Kovalev y otro ruso, el pivote Iuri Zsitnykov, además de los juveniles Héctor Castresana y Jorge García Vega.

Cuando ahora echa la vista atrás, Álvaro recuerda que fueron meses difíciles. «Fue un reto complicado porque era un equipo que acababa de subir. Había tres o cuatro jugadores con experiencia pero el resto carecían de experiencia en la Asobal. Además también influyó la mala suerte porque perdimos muchos partidos -hasta ocho- por un sólo gol. Bueno fue mala suerte o tal vez que lo hicimos mal», reflexiona al final. «El recuerdo que me queda -añade- es ese, que fue una experiencia un poco frustrante porque el Ademar era un club con un gran tradición de balonmano y León una ciudad donde se vive intensamente este deporte».

Pero a pesar de que fue destituido a escasas jornadas para el final de aquella campaña no se llevó en la maleta un mal recuerdo de León. «No me sentí especialmente incómodo con la gente. A todos los gusta ganar pero todos los aficionados al balonmano sabían que no teníamos una gran plantilla. La verdad es que tengo un grato recuerdo de mi etapa en el Ademar».

Cuando cambió de aires siguió vinculado al balonmano en primera línea hasta hace dos años cuando decidió ver los toros desde la barrera. «En ese momento estaba como delegado de la Selección española con Valero Rivera pero pasaba muchos meses fuera y no lo podía compatibilizar con mi trabajo», señaló.

Ese trabajo es el que ahora le ocupa: director de Opta Sports en España. Se trata de una empresa especializada en el suministro de contenidos deportivos. «Trabajamos para muchos equipos, medios de comunicación y también para páginas webs y otras aplicaciones digitales. Tenemos productos desde lo más básico (calendarios y resultados) hasta lo más sofisticado, que son las estadísticas de los partidos», explicó.

Pero la llamada del balonmano es fuerte y más en su caso. Desde hace algún tiempo trabaja en Canal+ como comentarista en los partidos de balonmano. «Es para matar el gusanillo y no perder el contacto», asegura.

Apuesta por el Ademar en el derbi. Y ese trabajo como comunicador le llevará el próximo sábado al pabellón Huerta del Rey para comentar el partido entre el Valladolid y el Reale Ademar con la tercera plaza de la liga en juego. Augura un derbi igualado pero cree que el equipo leonés llega en mejor disposición.

«El Valladolid juega en su cancha y esa es siempre una pista complicada. Son dos equipos con una gran rivalidad y siempre que se enfrentan los resultados suelen ser muy equilibrados. El par tido tiene lecturas distintas. El Ademar puede quedar tercero y lo tiene en su mano si gana. Al Valladolid, en cambio, puede distraerles la Super Globe y no les vale únicamente la victoria porque dependen de lo que haga el Granollers. El Ademar tal vez tiene más chance porque la Super Globe supone una carga física y psico lógica».