Diario de León

Jordi Ribera Romans. entrenador del reale ademar

«Me voy del Ademar con la sensación del deber cumplido»

Se va. Jordi Ribera dice adiós a cuatro temporadas en el Reale Ademar que tuvieron su pico más alto con la conquista de la Copa Asobal. Llegó con el equipo en Champions y se va dejándolo en lo má

Jordi Ribera con gesto satisfecho tras haber dejado al equipo en Liga de  Campeones en su último año

Jordi Ribera con gesto satisfecho tras haber dejado al equipo en Liga de Campeones en su último año

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georgino fernández | león
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- Tras una temporada complicada, la guinda y los momentos más dulces llegan al final...

-Sí. Quedar tercero en la Liga Asobal significa quedar el primero de tu liga porque Barcelona y Ciudad Real están en otro escalón. Y encima entrando en la Liga de Campeones que es la mejor Liga del Mundo y consiguiéndolo en la última jornada, prácticamente en el último segundo, ante un rival como el Valladolid con las connotaciones que eso tiene y encima en su casa.

-Mejor imposible, ¿no?

-(Sonríe) Bueno. Fue algo parecido a aquella victoria ante el Barcelona cuando ganamos en el Palau la Copa Asobal. Por todas las circunstancias fueron dos triunfos de mucho mérito en mi opinión.

-¿Cómo valora su última temporada en el Reale Ademar?

-Hemos hecho una gran segunda vuelta. Hemos ido de menos a más. El nivel de los entrenamientos de esta última semana era como si estuviésemos al principio de temporada y entonces ves que estamos a un gran nivel. En Barcelona por ejemplo no puntuamos de milagro. El nivel de juego del equipo ha ido creciendo y pienso que el equipo ha llegado muy bien al final de temporada. El hecho de ganar de uno en Valladolid es incluso un poco anecdótico. El partido se controló a lo largo de los sesenta minutos con un buen nivel de defensa y portería y creo que en el ataque se estuvo también rayando a un nivel muy alto. Hubo una gran implicación de todo el equipo. Para todos es lo mejor

-Le dijo algo Pastor (técnico del Valladolid) al final del partido?

-No, no solemos hablar. Sólamente nos saludamos y punto. Desde que pasó lo de la Champions nuestra relación se basa en el saludo protocolario antes y después del partido y nada más.

-Acabada la temporada, ¿cuales son sus sensaciones?

-En estos momentos satisfacción. Satisfacción porque pienso que este grupo se merecía terminar así. Ha sido un grupo de trabajo muy bueno y muy implicado con independencia de que los resultados hayan sido buenos o malos. Lo malo han sido la gran cantidad de lesiones que hemos tenido. Ruesga, que iba a ser uno de nuestros referentes, vino lesionado y no participó plenamente hasta casi la recta final. Y hubo más: Héctor, Vega, Cutura, etc. Y aún así el equipo ha ido creciendo hasta llegar aquí. Insisto mi sensación es la de satisfacción y la del deber cumplido.

-En un ciclo de cuatro años hay, lógicamente, que hacer balance. Empecemos por las cosas positivas...

-La primera temporada fue una campaña de grandes partidos en los que derrotamos a algunos de los más grandes como el Kiel o el Barcelona. Se sumaron puntos fuera ante el Ciudad Real. Estuvimos también muy lastrados por las lesiones pero el equipo siempre supo sobreponerse. En la segunda temporada el gran referente fue aquella Copa Asobal conquistada en Barcelona ante un rival que había diseñado la competición a su medida para ganarla.

-¿Fue aquel su mejor momento como entrenador?

-¡Hombre! está claro que ganar un título ante el Barcelona y en su casa pues es un momento soñado por cualquier entrenador. Igual que el partido del sábado ante el Valladolid. Es ese momento que todo el mundo espera. Y este año la guinda ha sido volver a esa tercera posición y recuperar la Liga de Campeones.

-¿Y en el capítulo negativo, los peores momentos?

-Bueno, sigo pensando que para mí el peor momento fue cuando nos quitaron la plaza de Champions que nos habías ganado con la Copa Asobal de 2008 para dársela al Valladolid. A nivel personal fue un momento muy difícil. Sentí impotencia al ver como podía ser que se saltaron unas reglas y la impresión era de que no pasaba nada. Fue un momento difícil pero también de rebeldía que nos llevó a ganar de nuevo plaza en Champions en la fase previa. También fue un momento delicado la experiencia que vivimos en Hungría ante el Veszprem días después de la muerte de su jugador Kozma. El Ademar fue en aquel partido el comparsa de aquella celebración donde todo estaba previsto. Pienso que aquel partido nunca debió disputarse.

-¿Y sus tensos momentos con Isidoro Martínez, el que va a ser el nuevo técnico, no los pone en este capítulo?

-(Reflexiona un instante) No me interesa entrar ahora en ninguna polémica. Es un tema pasado para mí y ya está. Yo tenía una idea muy clara de lo que tenía que hacer y nada más.

-¿Qué se va a llevar en la maleta de estos cuatro años en León?

-La experiencia inolvidable de haber trabajado en un equipo grande, de haber podido luchar en todas las competiciones, de haber estado tres años participando en la Liga de Campeones y de haber tuteado a los grandes incluso a veces ganándoles. Y para mí otra cosa importantísima es que en estos cuatro años los grupos que he tenido siempre a mis órdenes me han hecho sentir entrenador. En la pista la gente siempre ha tenido interés en hacer aquello que habíamos entrenado y en hacer lo que habíamos planteado. Esto para un entrenador es muy importante. Que tu veas que el equipo confía en tí independientemente de que se gane o se pierda es lo que alimenta a cualquier entrenador.

-Todos los jugadores destacan el gran vestuario que hay siempre en este equipo.

-Sí. Creo que eso ha sido siempre muy importante y mí a nivel personal me han hecho sentir siempre entrenador, sentirme implicado en cómo van los partidos y en las jugadas que se ven sobre la pista.

-De sus cuatro temporadas en León, ¿se quedaría con algún equipo concreto?

-No me gusta comparar. Cada uno ha tenido sus cosas buenas y malas. En los cuatros se pueden extraer cosas en uno u otro sentido.

-¿Y qué jugador le dolió perder especialmente, por lo que aportaba o por su carisma en el vestuario?

-Pienso que el estar y el no estar forma parte de este deporte. Si no lo entiendes así es una frustración permanente.

-Dígame uno.

-Pienso que con Dani Sarmiento siempre he tenido un feeling e special que ya venía de cuando ambos coincidimos en Gáldar hace años. Al principio me tomé mal su marcha al Barcelona pero luego entendí que era algo natural. Con la mayor parte de los jugadores sigo teniendo muy buena relación. Ayer sin ir más lejos me envió un mensaje de felicitación Mateo Garralda.

-¿Donde está el futuro de Jordi Ribera?

-De momento en mi casa en Girona, descansar unos días y preparar unos cursos para junio y julio en Brasil, Lisboa y Madrid. Y luego ya veremos.

-¿Tiene ya ofertas?

-No, en principio no.

-Vamos, algo habrá...

-Bueno hay especulaciones o medio contactos y tal pero en este momento no hay ninguna decisión. No me gusta hablar de mis posibles ofertas.

-Un último mensaje para la afición del Reale Ademar.

-La afición del Ademar es uno de los grandes activos que tiene este equipo y lo que le hace ser especial y capaz de plantar cara a los más grandes. Sólo decirles que me voy muy orgulloso de haber dirigido a este equipo durante estos cuatro años.

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