Nadal suma, pero no convence

Está lejos de su mejor nivel. Su juego desde el fondo de pista no termina de estar engrasado, su derecha no muerde como otros años y con su actual saque resulta difícil tomar la iniciativa. Pero pasan los años y Rafa Nadal continúa con su cita de los cuartos de final de Roland Garros -solo en el 2009 ha faltado en esta ronda, cuando cayó con Soderling en octavos-.

En esta ocasión, al croata Ivan Ljubicic le tocó sufrir en sus carnes la tradición de Nadal en París. A pesar de la mejora del juego en el tramo final del partido, aún tiene trabajo por delante el español si quiere aspirar a revalidar el título en una hipotética final ante Djokovic. Este lunes, frente al croata, necesitó dos horas y 26 minutos para doblegarle por 7-5, 6-3 y 6-3 El primer acto se pareció más a las dos primeras rondas del torneo que al partido ante Antonio Veic. Nadal desaprovechó un 'break' tempranero que le hizo llegar al 5-5. El mallorquín no terminaba de dominar el punto, se mostraba dubitativo y el veterano croata avanzaba gracias a su poderoso saque. «Ljubicic te corta el ritmo, no te ayuda. Si no estás jugando perfecto no es el rival ideal para coger ritmo» reconoció el español tras el partido. En el undécimo juego, el cinco veces campeón de Roland Garros volvió a romper el servicio del croata y cerró la manga por 7-5.

Su ritmo fue ascendente, especialmente en el final del segundo parcial, cuando recuperó la frescura. En ese set, al de Manacor le bastó con romper el saque de su oponente con facilidad en dos ocasiones para abrochar la manga por 6-3. Había dominado al viento y a sus dudas.

En el set definitivo, el balear buscó y recuperó algo de la confianza perdida que ha echado en falta hasta el momento. Sus deseos se quedaron a medias con un triunfo trabajado pero con demasiadas complicaciones. Ljubicic, totalmente entregado, apenas inquietó al cabeza de serie número uno que se presentará de nuevo en los cuartos de final de París. Pasan los años y pasan las rondas, aunque los titubeos recientes son demasiados repetidos para el rey de la tierra. Nadal se exige un cambio: «Hay que jugar con más alegría para enfocar la recta final del torneo. Necesito jugar bien, necesito mejorar, hay que dar un salto de calidad. Lo necesitaré para el próximo encuentro. Va a ser el test más difícil del momento». «O juego bien o me voy para Mallorca», adelanta el número uno del mundo.

Por su parte, el alicantino David Ferrer perdió ante el francés Gael Monfils 4-6, 6-2, 5-7, 6-1, 6-8 en un partido que comenzó en la tarde del domingo y fue aplazado por falta de luz. El español, de 29 años, sufrió ante el saque del jugador local y se quedó a un paso de igualar su mejor resultado en la tierra parisina.

El partido había quedado suspendido el domingo por la noche por falta de luz con 2-0 para Ferrer al comienzo de cuarto set, y en la reanudación, el de Xavea se mostró mucho más eléctrico que Monfils, con lo que ganó el cuarto parcial con una gran facilidad en tan solo 36 minutos.

Pero en el quinto, el público de la Suzanne Lenglen llevó en volandas a su jugador, que con una rotura en el cuarto juego (3-1) abrió el hueco necesario para ganar. «Es injusto, es injusto», se le oía decir a Ferrer, quien estuvo por detrás 5-2 y que luego salvó dos bolas de partido en el siguiente, para remontar hasta el 5-5. El encuentro se decidía en largos intercambios de hasta 33 golpes y Ferrer salvó tres bolas de partido en total, llevando la angustia a los seguidores franceses. Finalmente en el decimocuarto juego, el español cedió su saque en blanco ante la explosión de alegría del público galo. Con la derrota de Ferrer, Rafael Nadal será el único español que luchará en cuartos.

Camino libre para Djokovic. El italiano Fabio Fognini, rival del serbio Novak Djokovic en cuartos de final anunciaba ayer que se retira del torneo debido a la lesión que se produjo este domingo durante el partido contra Albert Montañés. Djokovic, por tanto pasa a las semifinales directamente, donde se enfrentará con el ganador del encuentro entre Federer y Monfils.