Elena Rosell se estrena en el Mundial con dos caídas

Nadie esperaba que fuera fácil. Moto nueva, circuito desconocido, y la lógica diferencia de nivel entre la categoría Stock Extreme del Campeonato de España, y el Campeonato del Mundo de Moto2. Elena Rosell sabía que convertirse en la primera española en competir en el Mundial no iba a ser un camino de rosas, pero en Assen tuvo además a los elementos en contra: lluvia por la mañana, y una tremenda mancha de aceite en la pista que obligó a suspender los entrenamientos de la tarde. El Gran Premio de Holanda arrancó con un día atípico para todos, y dificilísimo para Rosell, que se estrenó con la 39ª (penúltima) posición en la clasificación de Moto2, y dos caídas, habiendo completado tan solo diez vueltas a Assen y con un tiempo, a once segundos del más rápido, que no le permitiría entrar en parrilla en un turno oficial. «Un día complicadísimo -”resumía Elena-” He salido con muchas ganas. Era todo nuevo para mí, y aunque el agua siempre se me ha dado bien, sin conocer nada es delicado». «Se han caído muchísimos pilotos -”16 en Moto2, 22 en total-”, todos más experimentados. Raro que no me fuera a caer yo», bromeó.

Suspendidos los entrenamientos. Si el primer día del GP de Holanda había amanecido complicado con la lluvia, se estropeó del todo al final del primer entrenamiento de Moto2. Lo hizo, involuntariamente, el italiano Alex Baldolini, que tras caerse regresó a pista sin percatarse de que se le había roto el motor y su moto dejó un peligroso reguero de aceite de más de un kilómetro.