El primer revés para Contador

Alberto Contador, en lo que parecía que iba a ser un día tranquilo, sufrió las consecuencias de una caída que hubo a nueve kilómetros de la meta y perdió en el Monte de las Alondras un minuto y veinte segundos sobre Andy Schleck y el resto de nombres importantes de este Tour. Fue como una descarga eléctrica en el corazón del gran favorito de la prueba, que no esperaba semejante golpe.

El belga Philippe Gilbert cumplió los pronósticos. Ganó la etapa y se vistió de amarillo. Se recreó en su victoria. Su dominio resultó insultante. Sólo Cadel Evans pudo seguirle.

No sólo quien parecía que iba a ser su máximo rival en el Tour le sacó tiempo a Contador. También lo hicieron Cadel Evans, Andreas Klöden, Iván Basso, Van de Broeck, Gesink. Todos. El mundo se le vino encima en décimas de segundo cuando el pelotón se retorció de dolor. Andy Schleck también se vería cortado por otra caída, solo que al producirse a 2,5 kilómetros de la meta, dentro de los tres kilómetros finales, no perdió tiempo puesto que iba con el grupo de cabeza. Lo mismo les pasó a Bradley Wiggins, Iván Basso y Robert Gesink.

Muchas caídas. Hubo demasiadas caídas, ninguna con desgracias físicas, pero si convirtieron el pelotón en un baúl de miedos y temores del que se apoderó la inseguridad y llevó a muchos corredores al suelo. Se produjeron enganchones, resbalones y un final de etapa volcánico que le va a complicar la vida a Contador, sobre todo, y también a Samuel Sánchez en sus aspiraciones para el podio. Cuando las caídas son sistemáticas no hay forma de evitar el desánimo interior que se va apoderando del ciclista, la toma de precauciones. Tiene Contador a sus grandes rivales para la general por delante y, además, están rodeados de equipos muy potentes que les van a proteger para evitarles problemas y dejarles tal y como está la general para un mano a mano en los Pirineos. Lo veremos desde este mismo domingo, en la contrarreloj por equipos

Un golpe desafortunado ha convertido a Contador en un ciclista tocado, previsible y batible. RadioShack y BMC trabajaron a bloque por delante, al igual que Europcar. En un Tour en el que no hay bonificaciones, en las etapas de montaña contarán los tiempos reales, como hoy en la contrarreloj por equipos, a Contador sólo le va a quedar el enfrentamiento directo con Andy Schleck y otros corredores mucho antes de lo previsto. O bien plantea una carrera de sacar segundos allí donde pueda o se arriesga y espera momentos más propicios, las llegadas en alto donde se lo va a jugar todo. Atacar siempre le puede dejar exhausto.

Momentos de zozobra. El problema no solo es el tiempo que perdió. Lo peor es la impresión que dio en esos momentos de zozobra que resultaron interminables de no saber muy bien qué hacer, de dejarse llevar por las circunstancias, de no tratar de evitar lo que parecía inevitable. Tiene alguna similitud con lo que le sucedió en 2009, cuando Lance Armstrong se quedó delante en La Gran Motte y Contador perdió 41 segundos. Pero no es lo mismo. Aquella era una guerra personal, no colectiva como esta. Ha sido distinto. ¿Está el Tour perdido para Contador? ¿Qué movimientos puede realizar? No hay dudas que irá eliminado a muchos de los corredores que tiene por delante. ¿Podrá con todos, incluido Andy Schleck? La caída y las consecuencias que han derivado de ella le han salido muy caras. ¿Ha perdido el Tour el primer día de carrera? Es arriesgado decirlo, pero sí ha cedido un porcentaje de posibilidades muy amplio de ganarlo. ¿Qué porcentaje? Si lo comparamos con Andy Schleck un cincuenta por ciento como muy poco se ha dejado en nueve kilómetros que pasarán la historia.

Si logra ganar el Tour será un héroe, si lo pierde, un héroe caído. El matiz es importante. No conviene olvidarse que Contador tiene un Giro de Italia encima y su rendimiento en los Pirineos y los Alpes está por ver a nivel físico.