Un leonés de pura raza

José Ignacio Herreras Viejo, conocido por Nacho, nació un 2 de octubre de 1964 en León. El base del Elosúa León, donde militó desde 1985 hasta 1994, fue uno de los culpables de que se consiguiera el primer ascenso del equipo a la ACB, en 1990.

Posteriormente se asentaría en Ponferrada, donde sería fichado por el JT la temporada del ascenso a Liga EBA (94-95), siendo el director de juego de los bercianos. En esta campaña jugó de segundo base, dándole ese punto importante de veteranía al equipo berciano. También sirvió para darles minutos de descanso a Josines primero, y posteriormente a Quiñoa.

Nacho no finalizaría la temporada al encontrar empleo en León, pero su recuerdo es imborrable en el equipo leonés.

El ex jugador de baloncesto recuerda el triunfo en Lugo, por el cual el equipo subió a la Liga ACB, con mucha alegría «fue una ilusión subir a la categoría máxima. Tengo un recuerdo muy agradable de ello».

Este conjunto estaba dirigido por Gustavo Aranzana, que había llegado quince meses antes con el único objetivo de que el conjunto no descendiera. Estaba integrado por Xavi Fernández, Willy Villar, Vicente Lafuente, Nacho Herreras, Juan Francisco Gómez, Cherokee Ronne, Dani Guerrero, Roberto Herreras (su hermano, que fue primero capitán del equipo, y que también lo entrenaría posteriormente) y Samuel Puente.

El Elosúa ascendió en la diáspora del pabellón de Lugo a la que le obligó la clausura de Palacio leonés por una agresión a los árbitros en un partido anterior.

Treinta y ocho autobuses de hinchas y decenas de vehículos particulares llevaron en volandas al equipo en el quinto y último partido del play off ante los valencianos de Lliria, a quienes derrotaron por un histórico resultado de 82-75 y que tenían en sus filas al americano Joe Wallace, que al año siguiente recaló en el Elosúa.

Y es normal la alegría que sintió el ex balocentista, ya que no sólo fue por el triunfo de ascender a una categoría superior, sino que el pueblo leonés se volcó con los jugadores. Cuando regresaron a León, más de 20.000 personas les estaban esperando para ovacionarles desde la plaza de San Marcelo, donde los recibió una entusiasta corporación liderada por Juan Morano.

Desde entonces sólo queda en el equipo Joaquín Rodríguez, que actualmente es el presidente del equipo. Ningún jugador de entonces sigue en activo.

Nacho actualmente ya no se dedica al baloncesto, sino que trabaja en la tesorería de una empresa minera de carbón en la capital de la provincia.

Aunque el tiempo que tiene en sus ratos libres lo ocupa en participar en el equipo de veteranos de Baloncesto León, a modo de hobby, pero no de manera profesional.

Su hijo también ha decidido seguir la tradición familiar y jugar al baloncesto, «aunque no de manera profesional, de momento», asegura Nacho. Juega en un equipo infantil autonómico del instituto IES Eras.

El ex jugador está orgulloso del actual equipo de Baloncesto León, porque según su opinión «han hecho una grandísima temporada después de los recortes que les hicieron».

Está contento porque su equipo de toda la vida tiene un juego bonito, dinámico, que es divertido para el espectador y a los que ve muy bien como conjunto. Y espera que esto siga así, «para que en un futuro próximo puedan ascender a la Liga ACB».

Aunque el problema que ve es que tras el recorte presupuestario no cree que el Baloncesto León deba subir de categoría, «porque no creo que pudiera permanecer en la ACB más de una temporada, tal y como están hoy las cosas».

Él opina que «lo mejor sería que los jugadores siguiesen estando como están, y que cuando tengan un buen presupuesto y posibilidades de mantenerse es cuando deberían subir, si ganan los partidos que tienen que ganar, a la máxima categoría», reconoce el leonés.