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Lucha Leonesa. Liga de Verano

Verano para ganar luchadores

El campus estival de Quintana, Gradefes y Sahechores se suma a las iniciativas para la promoción de la lucha leonesa entre los más jóvenes

Para llegar a ser los mejores en la luche derribando rivales, el primer paso, aprender a caer.

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A. Barreñada | León
León

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La lucha leonesa, como las bicicletas del adusto Fernan-Gómez, es, en parte significativa, para el verano. El verano de la lucha leonesa es, aunque no se le dé la trascendencia que a los heroicos ciclistas o a nuestros máximos gallos, algo, o mucho, más que su conocida liga sénior, los tradicionales corros que integran el conocido como Trofeo de la Regularidad , en el que se avanza en esta temporada en su convocatoria número veintiocho y que este fin de semana santiaguero toma especial relevancia con triple convocatoria.

La lucha leonesa es más, y para que lo siga siendo, es imprescindible el trabajo en la base, tan injustamente callado como persistente. Parejo al desarrollo de la Liga de los mayores los «no menores» traban las mejores mañas en una competición que parece merecer el mínimo sustento de sus más allegados. En el luchódromo de la ciudad cabeza del Reino sigue Javier Oblanca con su segundo turno del Campus de Lucha puesto en marcha por el Ayuntamiento capitalino. Próximo está el inicio del que mantiene Diputación en La Serrilla. Otras escuelas, con preocupación de los clubes, avivan llama de luche.

Con la colaboración del Club San Guillermo, la responsabilidad de un excelente luchador y educador en progreso, Lixer Campos, y en el marco de las actividades de verano programadas por la Diputación provincial, en los municipios ribereños de Gradefes, Valdepolo y Cubillas de Rueda se está desarrollando, por segundo año, una iniciativa de «Iniciación a los aluches y a los juegos tradicionales leoneses». Casi medio centenar de niños, entre los seis y dieciséis años, una sevillana, un catalán... tan sólo tres de la Lucha , a lo largo de catorce sesiones de dos horas, comienzan a acercarse al más leonés deporte. Para hacerlo de la mejor manera, los cintos pueden esperar, ahora el juego, como «tortugas y cazadores», aprendiendo a darle la vuelta al rival, y, lo fundamental, para saber tirar, primero, aprender a caer.