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MOTOCICLISMO. GRAN PREMIO DE VELOCIDAD

Escobar, podio leonés en 4T

Bruno Heres no da opción a sus rivales en Clásicas Bicilíndricas, categoría en la que Javier López y Rodrigo Zaragoza le escoltan en el cuadro de honor

Bruno Heres mandó de principio a fin con su Honda NSR 250 en la categoría bicilíndricas que cumplía su segunda edición.

Publicado por
M. Ángel Tranca | La Bañeza
León

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Ricardo Escobar tenía una espina clavada del pasado año cuando después de acariciar el oro se tenía que conformar con la plata metafóricamente hablando en la categoría de Clásicas 4T. Ayer ese resquemor quedaba completamente olvidado con su triunfo en una carrera en la que sólo en los tres primeros pasos por la línea de meta se dejaba sorprender por el cántabro Pedro Mújica.

Antes otro leonés llamado también a pujar por la gloria, Fernando Casanova, veía como su moto no quería arrancar y a pesar de los esfuerzos sus deseos de ser de la partida se quedaban en agua de borrajas. Eso sí, la bandera provincial quedaba bien representada por Escobar que a los mandos de su Ducati lograba ya hacerse con el liderato. Giro a giro la puesta a punto de su moto se hacía latente arañando segundos a Pedro Múgica y Hugo Carlos Lacunza que como sucediera el pasado año ocupaba la tercera plaza final.

Eso sí, la batalla entre los gallos no quedaba decidida hasta los últimos pasos por la línea de meta cuando Escobar, con un tiempo siempre constante de 1:23, construía una barrera infranqueable respecto al dúo perseguidor.

En las Bicilíndricas apenas existió historia. En gran medida porque Bruno Heres no lo permitió. Su dominio fue absoluto respecto al resto de adversarios en una parrilla conformada por una decena de pilotos. Desde la misma salida el asturiano demostraba que tanto a nivel físico como de mecánica contaba con varios puntos a su favor respecto al resto de candidatos al podio. Su Honda NSR 250 le llevaba en volandas hacia un triunfo que ya en el ecuador de la carrera le reportaba una decena de segundos. Eso sí, el del Moto Club Villaviciosa no estaba dispuesto a que un error o un exceso de ambición echara por tierra todo el trabajo anterior.

Su margen de seguridad era ya considerable lo que le llevaba a dosificar cada vuelta. Esa circunstancia posibilitaba que su paisano Javier López redujera distancias aunque nunca para poner en riesgo la corona de oro de Heres. Eso sí, en el pulso entre sus perseguidores López y Rodrigo Zaragoza apretaban los dientes en pos de una mayor gloria. Al final el panorama no cambiaba alcanzando cada uno su objetivo en una clasificación final en la que sólo ocho pilotos lograban completar las vueltas previstas. Y todo en una categoría que cumplimentaba su segunda edición superando incluso a la precedente en calidad y participantes.