fútbol. tercera división
La Cultural, en territorio hostil
El club leonés pretende asaltar el Toralín en su primer partido de la temporada para intentar multiplicar de forma exponencial el hasta hoy escaso número de abonos
La Cultural ha salvado su primer escollo. El club leonés podrá tramitar las fichas y jugar en la Tercera División después de solucionar el que se advertía como el más urgente de los problemas, la deuda de 73.000 euros que aún coleaba con el anterior cuerpo técnico, encabezado por el manchego Alberto Monteagudo.
Con el escenario expédito, al menos de momento, para debutar en la nueva categoría, la entidad blanca aún debe solventar otras cuestiones para dotar de viabilidad a un proyecto que, pese a la mejoría, no tiene asegurada su continuidad a medio plazo.
Los gestores de la sociedad deportiva mantienen el más que complicado reto de alcanzar los 3.000 abonados, pese a que, por ahora, sólo suman poco más de seiscientos. Ésta cifra debe aumentar significativamente a lo largo de los próximos días después de asegurarse la Cultural su concurso en la Liga. Lo contrario sería una sorpresa.
Además, el primer partido que disputarán los de Luis Cembranos puede suponer también un punto de inflexión para sumar adeptos. Los leoneses visitarán el Toralín el próximo domingo 28, campo del eterno rival, aunque en esta ocasión será para medirse a la Deportiva B. Hay muchas esperanzas puestas en este partido. La plantilla de la Cultural está convencida de sus posibilidades y, por eso, buscará una victoria con la que convencer a los escépticos.
El club necesita encandilar de nuevo a la parroquia culturalista. Es importante volver a cubrir las gradas del Reino para aliviar las maltrechas arcas económicas de la entidad.
Hay que pagar aún a la Seguridad Social y Hacienda. También se necesita dinero para cubrir los plazos del concurso de acreedores y abonar las fichas de los futbolistas. Lo de la temporada pasada no puede volver a ocurrir. Significaría el fin del octogenario club.
Por lo tanto, debe llegar, cuanto antes, el dinero del segundo patrocinador. Urge también un inversor dispuesto a apostar por un club que como una letanía arrastra diez años de despropósitos.