ciclismo. vuelta a españa
Antón se desfonda en su hábitat
El líder del Euskaltel cede más de un minuto respecto a sus más directos rivales en la general. Dani Moreno se apunta la gloria con ‘permiso’ de Purito Rodríguez.
Dani Moreno (Katusha) estrenó su palmarés en la Vuelta al conquistar la cuarta etapa disputada entre Baza y Sierra Nevada, de 170 kilómetros, el primer examen de los favoritos en la presente edición, en el que Igor Antón (Euskaltel) perdió 1.27 minutos sobre sus rivales directos y el francés Sylvain Chavanel (Quick Step) se vistió de líder.
Moreno, segundo en la reciente Vuelta a Burgos y mano derecha de «Purito» Rodríguez, firmó la segunda victoria española consecutiva y se consagró en el techo de la Vuelta al superar al danés Chris Sorensen (Saxo Bank) en los últimos metros, en un duelo que resolvió con un cambio de ritmo que aún le permitió cruzar la meta con tres segundos de adelanto.
A 11 segundos entró el grupo de favoritos, donde faltaba Igor Antón (Euskaltel), el gran damnificado del primer final en alto de la Vuelta. El ciclista vasco, que ya dio señales de debilidad en la víspera, admitió que se encuentra «peor que el año pasado» y perdió 1.27 minutos respecto a sus rivales directos, Vincenzo Nibali, Purito Rodríguez, Wiggins, Van den Broeck.
Un resbalón para Antón en su terreno, que le obliga a plantearse la Vuelta con la idea de remontar, ya que se encuentra a 1.51 de Nibali, el candidato con mejor pinta en estas primeras etapas. «Hay terreno y tiempo para ello». Palabras de tranquilidad del escalador de Galdakao.
Mucho más retrasado terminó la jornada Pablo Lastras (Movistar). Tras su día de gloria con la etapa de Totana (Murcia) y el liderato, «Penkas» dejó la Roja en las espaldas del campeón francés Sylvain Chavanel, quien ya fue líder durante una etapa en 2008. El jefe del Quick Step promete defender su privilegiada prenda con uñas y dientes. Tiene a Dani Moreno a 43 segundos y al danés Jakob Fuglsang (Leopard) a 49.
El calor volvió a marcar la etapa, en la que no faltó la escapada de rigor, formada de salida, en las primeras cuestas del Puerto de Filabres (1a) con siete protagonistas que desafiaron al fuego que caía por la sierra granadina. La aventura aguantó hasta 5 kilómetros de meta, cuando solo quedaban en la pelea Bonnafond (AG2R), Busche (RadioShack), Rohregger (Leopard) y Vorganov (Katusha).
Chris Sorensen y el croata Kiserlovski anularon la fuga, y fue el danés el que lanzó la ficha ganadora. Pero no contaba con la visita de Dani Moreno, en momento dulce de forma, como acaba de demostrar con un triunfo de etapa en la Vuelta a Burgos y el segundo puesto en la general.
El madrileño, corredor que se inició como profesional en el año 2004 en las filas del Fuenlabrada y pasó con más pena que gloria por el Caisse D’Epargne y Omega, consultó a su jefe antes de salir hacia la cumbre. «Me encontraba bien y le dije a Purito si podía marcharme del grupo». El ciclista catalán le contestó con un golpecito en el caso. Licencia para ganar.
Dicho y hecho. Se pegó a Sorensen con el pelotón a tiro de piedra. Dudas y preocupación porque el grupo principal volaba para desangrar a Igor Antón. «Creí que no llegaba», temblaba aún Dani Moreno. Pero el premio llegó sin oposición de su rival.Un simple acelerón y brazos al cielo. Un triunfo con recuerdo adicional, el jersey de puntos azules de la montaña.