España cierra las heridas de los clásicos

La deteriorada relación entre los internacionales de Madrid y Barça fue uno de los asuntos centrales en el primer día de concentración del equipo de Vicente del Bosque. Después de la tensión existente entre los jugadores en la Supercopa de España, su regreso a la selección campeona del mundo en Sudáfrica, ha pasado a ser casi cuestión de Estado. Santi Cazorla, diez días después de haber comentado que «la situación en la selección es límite», quiso quitar hierro al asunto: «El buen ambiente no peligra. Siempre lo hubo y siempre lo habrá». El jugador del Málaga elogió también al capitán de la selección, Iker Casillas, por su gesto de llamar a Xavi y Puyol para intentar zanjar los problemas.

El portero madridista y el centrocampista azulgrana tuvieron la oportunidad de hablar cara a cara a su llegada a Las Rozas. Fue tan solo una toma de contacto previa a una reunión definitiva que se producirá casi con toda seguridad durante esta concentración. Todo con el fin de buscar fórmulas para solucionar el conflicto bajo la idea de que la situación no puede seguir así. Algunos integrantes del equipo nacional ya compartieron mesa y mantel el martes con motivo del cumpleaños de Pepe Reina, aunque el guardameta mostoleño no tomó parte de la reunión al estar fuera de Madrid.

Los compromisos publicitarios también tuvieron su espacio durante la mañana de ayer, algo a lo que se dedicaron algunos internacionales. Ya por la tarde, realizaron la primera sesión de entrenamiento para preparar el amistoso del viernes (20.45 horas, TVE-1) ante Chile. Un encuentro que a su vez servirá de ensayo para el oficial del próximo martes en Logroño contra Liechtenstein, perteneciente a la fase de clasificación para la Eurocopa del 2012.

Las caras nuevas de esta concentración de la selección absoluta fueron tres defensas: Domínguez, Botía y Montoya.