Los gallos opositan en los Ancares
Los Ancares y Ponferrada ejercerán hoy de jueces en la vigésimo tercera etapa de la Vuelta en la que la montaña, después del ligero respiro de ayer, vuelve a hacer acto de presencia para pulir un poco más la general.
Aunque la llegada a la capital del Bierzo no es novedad en la ronda ciclista (ésta será su sexta presencia como final de tema empatando a las salidas), sí lo será el Puerto de Ancares, una de las cotas más importantes de la presente edición cuya dureza servirá para hacer añicos el pelotón e incluso dejar fuera de combate a alguno de los candidatos a enfundarse el maillot rojo de líder.
Con salida desde la localidad lucense de Sarria, los 158 kilómetros de esta etapa apenas tendrán descanso. Cinco puertos, dos de ellos de primera categoría, servirán para dar protagonismo a los escaladores. Pero también para los aventureros de la gloria que ya desde los primeros kilómetros pujarán por conformar una escapada en la que incluso pudiera aparecer algún tapado para la general. El hecho de que la etapa tampoco sea muy larga en cuanto a kilometraje apunta a un ritmo frenético.
En esa tesitura no es de extrañar que al paso por la primera dificultad orográfica, el Pico do Peña, apenas cumplimentados 15 kilómetros, del pelotón ya hayan partido varias unidades escapadas. El Alto O Lago, a los 34 kilómetros, servirá para poner incluso más tensión entre los ciclistas que todavía en territorio gallego tendrán que hacer frente al primero de los puertos de máxima categoría, el Alto Folgueiras. Una decena de kilómetros dejarán el grupo cabecero con muy pocas unidades. Incluso menos protagonizarán en la zona delantera la ascensión a un coloso como el Puerto de Ancares, ya en suelo leonés, en el que a lo largo de 12 kilómetros los Purito Rodríguez, Nibali, Nieve, Pardilla, Fuglsang y Wiggins aparecerán como los ciclistas más consistentes.
Elementos determinantes. La climatología, además de la altitud, será también determinante porque las previsiones apuntan a una temperatura máxima de 12 grados en la cima y la presencia de lluvia, mal compañero para la subida pero peor para el descenso. Quizás sólo existirá un pero para hacer más decisiva la jornada, la lejanía del puerto de Ancares de la meta (60 kilómetros).
Eso sí, después de un descenso frenético el puerto de tercera de Lumeras a 41 kilómetros del final, elevará un punto más la emoción de una jornada con la que se inician tres días de alta montaña, sin duda decisivos para la configuración de la general en sus puestos de honor. Otra cota, la de Ocero, sólo puntuable como esprint especial, dejará delimitado el grupito de candidatos al triunfo de etapa. Cabañas y Columbrianos pondrán en orden la situación de carrera que tendrá su punto y final en la Avenida de la Libertad de Ponferrada, colofón a una batalla dura en la que al menos estarán implicados una decena de ciclistas, los gallos de una Vuelta que también intentarán pescar en la línea de meta aprovechando el premio complementario de las bonificaciones. Si se cumple el mejor horario previsto los candidatos al triunfo llegarán a las 17.25 horas.