fútbol. segunda división b
Prohibido fallar en casa
La Deportiva regresa al Toralín después de dos partidos que han despertado dudas para recibir a un sorprendente Amorebieta, que no conoce la derrota.
Las Ponferradina ha comenzado la temporada con unas urgencias más propias del mes de mayo, cuando se decide todo, que de finales de agosto. La derrota en Segovia en liga y la agónica clasificación ante el Tudelano en la Copa del Rey han despertado las primeras dudas en un sector de la afición que espera ver a su equipo en lo más alto de la tabla desde la primera hasta la última jornada, sin reparar en que esto acaba de empezar y todo el mundo está buscando su sitio en la competición.
Tanto es así que la visita del Amorebieta (hoy, a las 18.00 horas en El Toralín), un recién ascendido y debutante en la categoría, hace que más de uno se plantee el partido como si el que llegara a Ponferrada fuese el mismísimo Barcelona. Es cierto que el conjunto vasco está empezando la liga como un tiro, con dos victorias en las dos primeras jornadas que les permiten compartir liderato con el Bilbao Athletic y el Mirandés, pero también lo es que, junto a los burgaleses, son el equipo que mejor amortiza sus goles. Los dos tantos marcados por los de Asier Intxaurraga, uno de ellos obra de un jugador del Salamanca, les han permitido sumar seis puntos. Los azules no son una perita en dulce, pero tampoco el campeón de Europa.
Mientras la grada duda, el equipo debe mantener la cabeza fría. El Toralín tiene que ser la pieza angular de este nuevo proyecto y es en casa donde el equipo tendrá más oportunidades de desplegar el fútbol que Claudio quiere para los suyos.
Un fútbol que pasa por jugadores como Mateo, que debutará en el feudo blanquiazul tras perderse el partido ante el Zamora por sanción. También por Acorán, jugador clave para buscar el desborde por la banda tras la baja de Doménech y a la espera de ver qué puede dar de sí Borja Sánchez, que hoy volverá a la convocatoria una vez superada su lesión. Y también por los delanteros. Claudio pidió el viernes paciencia y comprensión para Yuri, del que aventuró que, en circunstancias normales, debería terminar el año con 15 goles, y quizá debería pedir algo parecido para Máyor. El de Aspe sigue sin ver puerta con la misma facilidad con la que lo hizo en Sant Andreu, y aunque su trabajo es encomiable, debe empezar a marcar cuanto antes para evitar tropiezos como el de Segovia o, en menor medida, el de Tudela.