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Una noche de récord

España alcanza su decimocuarta victoria oficial consecutiva, iguala a Holanda y Francia y acaba con las esperanzas de Escocia. La República Checa, a la repesca.

David Silva celebra con Santi Cazorla, Jordi Alba y David Villa su segundo gol.

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ignacio tylko | alicante
León

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España completó una faena de lo más profesional para cerrar otra fase de clasificación inmaculada, igualar el récord de 14 victorias consecutivas en choques de competición que compartían Holanda y Francia y cercenar las esperanzas de los escoceses (3-1).

La ‘Tartan Army’ soñaba con la relajación de los campeones y el tropiezo de los checos en Lituania para opositar en la repesca, pero se rindió a la evidencia. Su enorme afición, con más de 5.000 hinchas en el Rico Pérez y unos 10.000 repartidos por los bares de la ciudad, está muy por encima al nivel del equipo.

Los ‘kilts’, las célebres faldas escocesas, son vistosas, pero el fútbol de los hombres de Craig Levein es arcaico. La película, con guión bastante previsible, contó con un actor principal en la figura de Silva, que volvió a reivindicarse y a hablar sobre el césped. Se había quejado de un trato marginal desde el Mundial, salió en Praga y brilló. Y en el Rico Pérez, rubricó una actuación soberbia como falso ariete. Marcó dos goles, asistió a Villa en el tercero y se marchó del campo ovacionado. Le faltó dar la vuelta al ruedo como los toreros.

El grancanario provocó con su versatilidad el caos en Berra y Cadwell, los centrales escoceses. Les sacó una y otra vez de su posición al retrasarse para asociarse con Cazorla y Xavi o abrirse para combinar con Pedro y Villa. Ya suma 13 goles con ‘La Roja’ en medio centenar de partidos.

Del Bosque hiló tan fino a la hora de perfilar los cambios, hasta seis con respecto al equipo que salió en Praga, que nadie le adivinó por completo las intenciones. Lo más noticiable, empero, sí estaba claro. Afectó a la portería, con Víctor Valdés titular de la selección por vez primera en choque de competición, y al lateral zurdo, donde se estrenó Jordi Alba. La presencia del guardameta hubiera sido testimonial de no ser por el evitable penalti que cometió en la segunda mitad. El valencianista llamó con fuerza a la puerta de la mansión ‘Roja’, se la abrieron y tiene pinta de encontrar hueco en el salón de la fama. Fue de más a menos pero se empleó con desparpajo, como si llevara años en la selección.

Gol número 50 de Villa. La apuesta le salió bien a Del Bosque. Es poco frecuente pero interesante para jugar en casa ante rivales de poco fuste. Arriba, quitó a Mata, el abrelatas de los checos, y presentó una selección sin punta clásico, igual que el Barça de Pep Guardiola, Villa se confirmó con su gol número 50 en la selección y Fernando Llorente sufrió en el banquillo hasta mediada la segunda mitad. Invasión de bajitos para percutir sobre los rocosos británicos. Un método descubierto por Luis Aragonés y mejorado por Del Bosque. Sorprendió ver a siete jugadores del Barça en el once. Y solo uno del Real Madrid. Casillas tendrá que esperar hasta Wembley para igualar el récord de 126 internacionalidades que ostenta Zubizarreta.

Desde el minuto uno, los escoceses quisieron pertrecharse atrás, pero España fue mucha selección para su rival.

La República Checa jugará la repesca para estar en la fase final de la Eurocopa al imponerse a Lituania (1-4).