El Pipa suma de tres en tres (4-1)

El Madrid goza de excelente salud. No entiende de ‘virus’ internacionales, al menos cuando juega en un Bernabéu donde se muestra intratable y transita de goleada en goleada (4-1). Le costó en el primer tiempo ante un Betis que supo juntarse, pero en la segunda mitad le destrozó jugando a una velocidad de vértigo.

En un equipo eléctrico y destellante que golpea como ninguno, destacan más las individualidades que el grupo. Para empezar, Higuaín corroboró que está de dulce. Firmó un ‘hat trick’ en Cornellá-El Prat, repitió con Argentina ante Chile y volvió a hacerlo ante un rival que comenzó alegre y acabó sometido a la pegada de un Madrid demoledor en cuanto se pone en ventaja y puede contragolpear. El ‘Pipita’, un coloso a la hora del desmarque y de ganar la espalda a sus rivales siempre al límite del fuera de juego, los hace de todos los colores: uno en boca de gol, otro tras driblar al portero y sin apenas ángulo y el tercero al más puro estilo de Raúl, con una espectacular ‘cuchara’ sobre la tímida salida de Casto. Mourinho acertó al insistir en Kaká, a quien había puesto como ejemplo de perseverancia en los entrenamientos durante la semana de selecciones. El brasileño aún no es lo que fue pero está participativo, con ganas de comenzar a rentabilizar su costoso fichaje.

Además de jugar y hacer jugar, el que fuera ‘Balón de Oro’ marcó un golazo de los suyos. Recibió un buen pase de Cristiano, paró, templó y la mandó de rosca a la escuadra más alejada de Casto. Inmediatamente, fue sustituido por Di María. ‘Mou’ salió del banquillo a felicitarle y el Bernabéu le tributó una sentida ovación. El tercer jugador del partido fue Cristiano. Es una máquina el luso. Llegó tocado del partido con Portugal pero nada de reservarse hasta que el duelo quedó definitivamente resuelto. Jugó, lo dio todo y volvió a mostrarse solidario con sus compañeros. Falló un par de ocasiones en la primera parte pero ofreció dos asistencias de lujo que sirvieron para que Higuaín y Kaká encarrilaran la victoria.

Eso sí, los sevillanos fueron los primeros en avisar, merced a un tiro de Rubén Castro que se le envenenó a Casillas. No fue gol porque Ramos estuvo atentísimo al rechace. La alegría de los andaluces se cortó, sin embargo, tras la lesión de Vadillo. Esa acción, a los 20 minutos, marcó un punto de inflexión. A partir de ahí, el Madrid fue dueño del partido. Los blancos estuvieron romos en el primer tiempo, quizá porque a sus rivales todavía les alcanzaba el físico. Lejos de atenazarse por la amenaza de un posible tropiezo, el Madrid salió como un huracán en la reanudación. Marcó en menos de un minuto. Jugada fugaz, indecisión defensiva, dejada de Cristiano y gol del ‘Pipita’. El duelo, hasta entonces bastante cosido, se deshilachó. Y cuando se pierden los patrones, el Madrid rompe a cualquiera en mil pedazos.