GUARDIA ALTA
El que tenga oídos para oír...
Tal vez tenía ganas de soltar algo que tenía dentro y le reconcomía desde hace tiempo. Es lo más probable. Poco dado a morderse la lengua en exceso, el técnico ademarista lanzó en la comparecencia de prensa posterior al partido un claro mensaje a navegantes. «Quiero invitar a todos sin distinción a que disfruten con este equipo. Invito a jugadores, exjugadores, periodistas, aficionados, directivos, exdirectivos... a todos. Este equipo es para disfrutar, es un equipo luchador, un orgullo para León y merece la pena venir a animarnos».
¿A quien se dirigía? Sin duda a todos los que se empeñan —ahora y desde hace tiempo— en torpedear desde las cañerías la labor de Carlos Pollán y su equipo al frente de un club que es patrimonio de una ciudad y de sus gentes. No de unos pocos. Ni de aquellos —o aquellas— que se creen los elegidos por mandato divino para llevar las riendas de una institución que es de todos. ¿O su gran amor ademarista va precedido siempre de un condicional? Pues eso no vale.
Los que están ahora —que tampoco serán eternos— están ahí porque el socio les dio su confianza. No hubo ningún golpe de estado. Y llegaron para construir sobre lo bueno que estaba hecho. Por eso... el que tenga oídos para oír que oiga.