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¡Puxa Ruesga y puxa Ademar!

El jugador asturiano del equipo leonés fuerza un empate imposible ante el Kiel alemán al transformar un golpe franco con el reloj a cero. Las tablas recompensan el trabajo enorme de un plantel con cinco bajas .

Ruesga salta y grita acompañado por miles de aficionados tras conseguir un gol magistral con el reloj a cero que dejó a los alemanes con cara de incrédulos.

Publicado por
georgino fernández | león
León

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22 de octubre de 2011. Otra jornada de gloria para la historia del Reale Ademar. Otra jornada en la que el equipo de Isidoro Martínez hizo bueno el aforismo de que «querer es poder». Quiso plantar cara al todopoderoso Kiel alemán a pesar de sus cinco bajas y la utopía se hizo realidad. Enfrente tenía al líder invicto de la Bundesliga con nueve victorias en nueve partidos y su garra y su fe en sus posibilidades acabaron humanizando a los robóticos germanos con un empate (28-28) que no entraba en sus cálculos. Lo hizo posible una genialidad de Carlos Ruesga con el reloj a cero. A falta de unos segundos un penalti transformado por Jicha parecía destinado a hacer añicos el sueño perseguido durante sesenta minutos. Pero surgió el polivalente jugador asturiano para sorprender al auténtico muro alemán que tenía enfrente —de los seis jugadores cuatro o cinco medían dos metros— lanzando un latigazo en escorzo por abajo que sobrepasó la barrera y sorprendió a un Omeyer que no se lo creía. Fue un momento de éxtasis colectivo que se recordará durante muchos años.

Ya el comienzo del envite dio buenas vibraciones. Al Kiel, una máquina de hacer balonmano, le costó casi seis minutos hacer el primer gol al Ademar. En ese tiempo los leoneses se habían puesto con un 2-0 arriba poniendo en escena un planteamiento valiente pero sin estridencias: defensa 6-0 compacta, ataques con criterio y sobre todo un Venio Losert en la portería enorme. Ese arranque de partido vio a un Ademar que tuteaba a los germanos y sólo los fallos en ataque le impidieron mandar en un duelo que llegó muy igualado a su ecuador.

Queda claro el Kiel es un equipo con instinto asesino que no perdona ni un error. Un fallo en el pase y su contra o su segunda oleada machacan como demostró el serbio Ilic que con cuatro dianas dio la primera renta importante a los suyos: 7-11 a diez minutos del descanso.

Isidoro quiso cortar la racha germana con su primer tiempo muerto. El equipo leonés pasa sus peores momentos con un ataque realmente espeso y en ocasiones precipitado. Pero este Ademar es un bloque de raza. En un arreón de coraje baja la renta a uno: 11-12 a pesar de un Omeyer que demuestra bajo palos porqué muchos le consideran el mejor portero del mundo.

El ataque posicional leonés se empecina en ir de frente hacia la enorme defensa alemana con un cuarteto de dos metros de altura que es un muro. Urge derivar más el juego hacia las bandas y darle más movilidad al balón.

Al final de los primeros treinta minutos los leoneses se van al vestuario tres abajo: 12-15.

La segunda se inició con un 2-0 a favor de los hombres de Isidoro Martínez propiciado por dos paradas de Losert y una magnífica conexión con el pivote Andreu. El Ademar volvía a soplar en la nuca de los germanos. El cambio a defensa 5-1 de los leoneses funciona y fuerza un empate ilusionante a 16. Hay partido. Se entra en una fase de toma y daca. Stranovsky se desgasta como adelantado en la defensa 5-1 pero da resultado. Sigue el empate: 19-19 en el ecuador de la segunda parte. Pero el Kiel es muy grande y su fondo de armario sale a relucir ante un Ademar con cinco bajas. A siete minutos del final se colocan dos arriba: 22-24.

Pero el Ademar se aferra al partido. Apoyado por la grada sigue persiguiendo su utopía. Una contra de Stranovsky tras robo de balón vuelve a colocar el envite en tablas: 26-26. Faltan tres minutos. Es posible.

Venio Losert se hace más grande parando un penalti. Sigue la igualdad. El tiempo se agota. Una contra germana vuelve a dar ventaja al Kiel. Resta menos de un minuto. Cutura empata. A falta de doce segundos Jicha dinamita el sueño al transformar un penalti. Ruesga encara, no puede con la defensa pero fuerza un golpe franco muy esquinado. Parece misión imposible pero lo logra con un rectificado genial.