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Duelo de estilos en Wembley
La selección española juega con Inglaterra un amistoso de rivalidad histórica el mismo día que Casillas iguala el récord de internacionalidades de Zubizarreta.
David Silva, con el balón, junto al resto de futbolistas españoles en el entrenamiento de Wembley.
Hace algo más de diez años, la España de Camacho salía vapuleada de Birmingham (3-0). Se preparaba para el Mundial de Corea y Japón. Si no es por el egipcio Al Ghandour, hubiera llegado lejos. Pero maldijo una vez más los cuartos. Desde entonces, ‘La Roja’ ha ganado tres veces a Inglaterra, le ha endosado cuatro goles y no ha encajado ninguno. Hoy (18.15 horas, TVE), la selección de Del Bosque visita el nuevo Wembley en una jornada muy especial para Iker Casillas, que igualará el récord de internacionalidades del que todavía presume Zubizarreta con 126 partidos.
El fútbol de toque del combinado nacional se verá reflejado en el incomparable marco de Wembley. Un espejo que realza tu figura pero también te puede transformar en el esperpento. Rendidos a la evidencia, los británicos no se cansan de ensalzar el juego español. Sin renunciar a su agresividad y capacidad para la presión innatas, los ingleses desearían poder embelesar a su gente con ese fútbol elegante que caracteriza a España. Pero no fabrican ese tipo de jugadores y sufren la invasión de foráneos a la ‘Premier’. Si los británicos dicen que quisieran para sí el arte de los campeones, los hombres de Del Bosque reconocen que han crecido gracias a la influencia de la ‘Premier’ en sus emigrantes del balón. En esta selección española hay hasta ocho jugadores que trabajan o han ejercido en la competida Liga inglesa. Desde Reina a Fernando Torres, pasando por Arbeloa, Piqué, Xabi Alonso, Cesc, Silva y el recién llegado Mata.
Es el antepenúltimo partido de España antes de saber la lista de la Eurocopa —después quedarán el del martes en Costa Rica y un amistoso en febrero a beneficio de la AFE— pero ni el escenario ni el rival se prestan a muchas probaturas. Y tampoco Del Bosque ha experimentado con jugadores nuevos, más allá de repescar a Navas y Monreal y de conceder otra oportunidad a Jordi Alba.
El nuevo Wembley no permite partidos probeta. Solo se asemeja al mítico estadio en el nombre y en su ubicación, pero es un templo evocador. En este escenario mítico, cada partido encierra una liturgia. Aquí es donde el Barça alzó en la primavera pasada su cuarta Copa de Europa tras desnudar al Manchester United de Ferguson, Y en su última visita a la vieja ‘catedral londinense’, la España de Javi Clemente se vio injustamente apeada de los cuartos de final de la Eurocopa 1996, por penaltis, ante los anfitriones.
Para los abnegados luchadores británicos, unidos en apoyo a su capitán John Terry a pesar de la mancha que le ensucia por presuntos insultos racistas a Anton Ferdinand y que le lleva a la suplencia, la celebración del ‘Día del Armisticio’ les añade un plus de motivación. Lucir el brazalete con la amapola para recordar a sus muertos en todas las batallas desde la I Guerra Mundial representa mucho más que un símbolo.