Tres campeonas cuyos triunfos son mucho más que la mejor costumbre
Tamara Gómez tienen que luchar contra un enemigo añadido: la costumbre del triunfo. De alguna manera, el que Tamarina venza parece obligado y ello puede llevar a estimar en menos de lo que merece su continuado esfuerzo en la luche. Luchó antes de que se le permitiera a las luchadoras tener opción propia, y, desde que esto fue posible, cada ejercicio cuenta con la menudina de Cistierna/Corcos en lo más alto. Desde el inicio del «Campeonas de Campeonas» en 2007, la categoría de ligeros es dominio de Tamara. En esta edición vencía en la final a la joven Elena Díez, un valor en progreso.
Seis luchadoras en medios, al haber logrado anotar corro todas ellas. Marta Llamazares competía en dos categorías: la del peso medio, donde ganó corro, y la del superior, donde a triunfo también le acompañaba su puesto en la general de la Regularidad. También había doblado Merce Prieto en ligeros y ésta de medios. El primer combate se lo anotó Marta ante Merce; el segundo, peleado con gran igualdad entre Patro Ibán y Ariadna Morán. Primera entera de cadera de Patro, media y entera para Ariadna, un segundo en el reloj, y una ajustada caída definitiva que se le reconoció a la de Roderos. Tras superar Marta a Vanesa Presa, con dos enteras, caderón y cambiada, trofeo para la de Valderrueda.
Un combate siempre esperado, y siempre agradecido por su grandeza, el que se esperaba y se dio en pesados: de nuevo Marta Llamazares, ahora ante Mónica Matía. A su vez, habían superado a Ángela Arias y Lola Hurtado. Primera media para Mónica en ajustado equilibrio de fuerzas; media más por suelta de Marta, y excelente cadera con la que la mejor leonesa de Palencia sumó el tercer galardón a su temporada de gran Campeona de la lucha.