«Nuestro sueño es llegar a unos Juegos»

Hace 23 años dos deportistas jamaicanos decidían romper con todos los estereotipos de un país en el que el bobsleigh apenas se conocía por televisión. Su denuedo le llevó a participar en unos Juegos. Eso sí, apenas de una manera anecdótica. La película ‘Elegidos para la gloria’ recogió su gesta. Ahora otros dos deportistas, en este caso españoles, Javier Pintado (Pola de Siero) y Pedro Díaz (Nava), retoman este argumento para situar a en el mapa mundial al equipo español, tras 40 años.

El miércoles en la pista austríaca de Igls verán cumplido un sueño que comenzó el año pasado tras sacarse el carné, imprescindible para esta modalidad. Estos asturianos han estado preparando concienzudamente su primera experiencia en una Copa de Europa. Aunque no lo han tenido nada fácil. Incluso se tuvieron que pagar de su bolsillo su bob.

Desde que en 1971 perdió la vida Luis López Solanes en un entrenamiento en Cervinia, el bobsleigh en España se diluyó hasta desaparecer. Han pasado 40 años y, desde entonces, ha cambiado totalmente el extracto social de los deportistas que se atreven a meterse en un trineo para ponerse literalmente boca abajo en las curvas de un circuito de hielo. Pintado, ferretero de 34 años, explica desde Igls lo diferente que es su apuesta por el bobsleigh de la del marqués de Portago y sus amigos, como la que impulsó Juan Antonio Samaranch para recuperar este deporte de cara a los Juegos de Grenoble 68 con pilotos de motos y coches de la alta sociedad barcelonesa. «Nosotros hemos estado haciendo actividades y trabajando todo el verano en el club de deportes de inercia que tenemos para financiarnos», cuenta el asturiano

Tras haber probado el año pasado en la escuela de pilotos y ver que tenían posibilidades y que este deporte es accesible, decidieron apostar a tope este año por abrir senda. Lo primero fue comprar el bobsleigh. «Es uno italiano de segunda o tercera mano, que está muy viejo y se queda muy corto. Es lo más básico. En cualquier otro equipo lo mandarían a la basura», explica.

Les costó 6.000 euros -uno nuevo cuesta 35.000-, a los que hay que añadir los 1.000 que les cuesta alquilar las cuchillas sobre las que se deslizarán por el hielo. «Decidimos alquilarlas porque es lo que te da estabilidad y te permite tomar los giros. Curiosamente, cuanto más rápido vas más seguro estás en las curvas, porque sube más el trineo y se pueden tomar con más suavidad», explica. Con una furgoneta y su ingenio -el bobsleigh se lo lleva el equipo argentino, porque no tienen cómo transportarlo, y se han construido un carro para simular las salidas en Asturias- siguen adelante en su idea de crear una base para este deporte. Quieren ser unos pioneros: «La idea es conseguir otro bobsleigh mejor y crear un equipo juvenil para que haya futuro», dice.

El sueño es llegar a unos Juegos: «Para eso hay que llegar antes a la Copa del Mundo. Ir a los Juegos sería un sueño, pero si no podemos nosotros, que sean otros. Lo que no puede ser es gastarnos este dinero y que esto se quede en nosotros».