«Llego a la F-1 para luchar, no a pasearme»

Su padre fue uno de los pioneros de la Fórmula 1 en España en las décadas de los 70 y 80. Treinta años después otro apellido Villota aparece relacionado con el Gran Circo, y es el de su hija María, a las puertas de convertirse en piloto profesional de la mano de la escudería Lotus Renault.

Eso sí, en un primer momento como probadora y siempre y cuando pueda aportar patrocinadores. Tan buenos genes lleva María que está a las puertas de convertirse en la primera española en llegar a la Fórmula 1. Ya ha probado dos veces en Barcelona el Lotus Renault y tiene muchas posibilidades de que en 2012 aparezca a los mandos de un volante en la F-1. «Solo falta la chispa final, estamos en parrilla de salida, como quien dice», asegura.

En esto tiene mucho que decir el patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, que no parece verlo con malos ojos: «Es verdad que él está al tanto de todos mis avances». María sería la octava mujer en participar en la Fórmula 1. La última fue la italiana Giovanna Amati con un Braham en 1992. Eso sí, hasta ahora ninguna ha cosechado resultados destacados.

En sus dos temporadas en la Superleague Fórmula, la piloto española compitió contra antiguos pilotos de la máxima categoría como Pizzonia y Bernoldi. Su competitividad y profesionalidad en pista contra rivales que sabían lo que era manejar un F-1 la convencieron para creer que ella también es capaz de participar en Grandes Premios. «Aunque les tengo un gran respeto, no veo una desigualdad de condiciones. Físicamente sí, lo sé. He de trabajar más duro, pero como deportista y piloto creo que con un entrenamiento adecuado y con la experiencia que tengo puedo hacerlo muy bien», asegura.

«El año que viene, si todo va bien, asistiré a todos los grandes premios en los que intentaré aprender el máximo. Pasar un año en box y paddock me servirá para tener la máxima información posible y saber cómo funciona todo de cara a pilotar en 2013». Su ambición sólo es comparable a su tenacidad y tozudez de cara a lograr sus metas. De hecho, todos sus esfuerzos se han centrado en estar en la F-1 y no existe ningún ‘plan B’ u otra alternativa.

Con esta mentalidad, De Villota entrena al ritmo que el resto de pilotos: «Tres horas en el gimnasio más prácticas con un kart diariamente. A veces hay sesión doble». Físicamente está a tope y espera llegar a enero en mejor tono que sus compañeros. Además está dispuesta a presentar batalla en un deporte acostumbrado a tratar sólo con hombres. «La Fórmula 1 se beneficiará de una mujer que sea rápida y que esté a la altura. Si fuera para pasearme, preferiría estar en otra categoría porque no sería bueno ni para mí, ni para la competición». Comercialmente, para el Gran Circo es interesante abrir mercados hacia el público femenino. Además, su trabajo tendría como beneficiario a Raikkonen.