el partido del siglo | la llegada
El dia que vino el Madrid
Los pueblos y las ciudades pequeñas salen poco en la tele. Muy poco. Las teles y las radios de cobertura nacional se fijan cuando hay alguna tragedia o cuando toca el gordo.... poco más. Bueno, y cuando el Madrid o el Barça tienen que jugar allí algún partido de Copa del Rey. Es el caso.
Hay un orgullo mal escondido dentro de todos nosotros por el cual se nos dibuja una sonrisa estúpida cuando nuestro pueblo «sale» en el tele. Llevamos dentro un «bienvenido Mr. Marshall» que no se puede ocultar. Es nuestra forma de hacer patria (patria chica en este caso).
Esta vez le ha tocado a Ponferrada. Y es motivo de alegría, claro que sí. Aunque ya sabemos que al día siguiente de que Mourinho pase por aquí no habrá bajado el paro; e incluso si hay hazaña deportiva y la Ponferradina hace un gran resultado ante el Madrid, tampoco dejará de hacer frío. Ya sabemos que es sólo fútbol. ¿...Y qué?
No vendrá el Madrid con sus mejores galas ni con todas sus estrellas, pero la España futbolística tendrá su capital en Ponferrada ese día. Probablemente estamos ante el periodo de mayor «tiranía» de los dos grandes; no dejan ni las migajas para los demás. Antes en La Copa a veces hasta se relajaban, ahora ni eso. Quieren todo, especialmente porque lo que consigan ellos es algo que no conseguirán «los otros». Parece dispuestos a todo con tal de no ver al otro celebrar por televisión cualquier título por pequeño que fuera. Pero éste no lo es. Es la Copa, la competición que, si estuviera bien organizada, representaría como pasa en Inglaterra a la totalidad del fútbol español. Y aún sin estar ni cerca de la perfección, es el único torneo en el que se puede vivir un David-Goliath como el que nos ocupa.
En la historia reciente del Real Madrid, no son pocos los tropiezos que han tenido los blancos ante rivales que se suponía eran de trámite: Alcorcón, Toledo, Real Unión, Alavés, etc... pero eran otros tiempos. Hoy Mourinho lucha por todo. Se le puede criticar en muchos aspectos (yo soy el primero en hacerlo)... pero al igual que Guardiola, ha comprendido que con las plantillas más caras y de mejor calidad del fútbol mundial, es casi inmoral no intentar ganarlo todo, al menos intentarlo.
Así que aunque al Madrid le falte alguna estrella en Ponferrada, no me queda ninguna duda de que saldrá a romper el encanto en cuanto pueda.
A uno siempre le acude el mismo lamento... «ay si fuera a un solo partido». Pero no lo es... así que disfrutemos de la emoción mientras dure.
Y de paso, que los 8 o 10 mil afortunados que lo van a ver en directo aprovechen para no parpadear... no vaya a ser que se pierdan un extraordinario pase de Xabi Alonso, un paradón de Casillas o un tiro de Higuaín. He citado a estos tres aposta; podría haber citado a otros, que también los hay, pero prefiero quedarme con ellos. Cada uno a su manera son ejemplos de humildad y superación. No son tipos engominados, ni nuevos ricos, ni gente que haya olvidado a su gente... no son las típicas estrellas insoportables. Son lo que todos conocemos por «buena gente».
Conocí al Madrid de los ferraris (ojo!... ninguno está condenado por el tribunal de la haya, no pegaban ni robaban ni mataban), pero estos no tienen nada que ver. Aquellos eran también encantadores -sobre todo Roberto Carlos-, pero nada que ver. Ninguno de esos que cito se lo tiene creído. Otros, con menos títulos y menos pasta, se creen la última cocacola del desierto. Afortunadamente algo ha cambiado en el deporte español y no hablo sólo de victorias; hablo también de modelos de comportamiento. Nadal, Iniesta o Casillas nos han enseñado que se puede ganar, que se puede ser el mejor sin ir de divos. Se puede ser grande y humilde; es más, cuanto más humildes, más grandes nos parecen. Así que si el partido no les sale bien se cabrearan como si fuera en San Siro, y pelearan como en Anfield y darán la mano ganen o pierdan como si fuera en Munich.
Pues eso, pasen y vean. Y disfruten. Toda España hablará de Ponferrada, aunque sea por unos días... aunque ya no vuelvan a hacerlo hasta el sorteo de navidad... que tampoco estaría mal que volvieran por entonces todas las teles, ¿verdad? Bueno, si toca en mi pueblo mejor.