Diario de León

EL PARTIDO DEL SIGLO | MOU SE HUMANIZA

Mourinho, el hombre tranquilo

. Apenas salió del banquillo en todo el partido y ni rastro de sus gestos airados y miradas desafiantes.

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León

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Si alguien esperaba al Mou histriónico, gestual y mirando en derredor con cara de chico malo deberá esperar a otra ocasión. Esos momentos estelares el portugués los reserva para el Barcelona. En El Toralín se vio a un técnico luso de lo más comedido y respetuoso. Tanto que no parecía él. Era algo así como el Clint Eastwood de ««Los puentes de Madison». Demasiado sensible y azucarado después de haberle visto disparando su famoso Magnum 45.

Se pasó casi todo el partido sentado en medio de la primera fila de su banquillo junto a su segundo, Aitor Karanka. Con todo fue, junto a su paisano Cristiano Ronaldo, el más aclamado de la noche mágica que vivió ayer el feudo berciano.

El momento en que más se le vio fue en el calentamiento y tampoco mucho. Sucedió a las 19.30 en punto. Justo media hora antes del comienzo cuando Real Madrid y Deportiva salieron a calentar. Tras la entrada a la carrera de sus muchachos en el campo, Mou salió el último andando gesto serio y las manos en los bolsillos de su chándal. Se plantó en el círculo central con las piernas ligeramente separadas. Pose marcial mientras en el aire sonaban los poderosos acordes del Thunderstruck de AC/DC.

En esa pose aguanta diez minutos. Le hace un gesto a Karanka para que dirija el calentamiento, da la vuelta y a paso rápido mienteras arrecia la lluvia vuelve a su vestuario mientras decenas de flashes de aficionados le retratan y otros le gritan «Mou, Mou, Mou». El técnico portugués no mira ni una vez hacia arriba.

Concluido el calentamiento los dos equipos forman en el túnel para saltar al césped. En ese momento Mou se va en busca del técnico blanquiazul, Claudio Barragán, y se funde con él en un abrazo. Otro gesto que le humaniza.

Sentado y con las manos en los bolsillos de su chaleco negro con sus iniciales bien visibles en blanco apenas salió de ese letargo impropio de un león rugiente como él. Algún gesto con las manos a los suyos para que saliesen con más verticalidad y para de contar. Al gol de Callejón del minuto 30 le dedicó unos aplausos y punto.

Acaba la primera mitad. Sólo la expulsión en el minuto 70 de Albiol le desperezó. Se puso en pie como un resorte y con un gesto ordenó a Ramos ponerse a calentar para salir al igual que Granero. Con diez el Madrid hace el 0-2 tres minutos después. Mou aplaude. Y al terminar ni se quejó de la expulsión, ni del arbitraje. Lo dicho. desconocido.

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