El primer clásico del año | COPA DEL REY
Otro Madrid sin eficacia (1-2)
El Barcelona se impone en el partido de ida de cuartos en el Santiago Bernabéu gracias a los goles de los defensas Puyol y Abidal, que remontan al materializado por Cristiano para los de Mourinho.
El Barça, que este curso se complica la Liga por sus dificultades indiscutibles lejos del Camp Nou, encontró un chollo en el Bernabéu ante un rival que sufre un ataque de ansiedad cada vez que se mide a su bestia negra. Unos nervios que personificó como nadie Pepe, con una actitud impresentable en un profesional, y un temor que dejó patente Mourinho con una puesta en escena de equipo pequeño, muy menor. Por mucho que los culés sean el mejor conjunto del mundo y que les tengan tomada la medida, chirría ver al central portugués de medio. Cristiano adelantó a los blancos con la colaboración de Pinto, pero se hizo justicia con los goles de Puyol y Abidal (1-2).
El portugués realizó un planteamiento más típico del Inter que del Madrid, un método respetado en Italia pero siempre cuestionado en la centenaria historia del Real Madrid. Le faltaban Arbeloa, Khedira y Di María y decidió apostar por siete hombres de contención y tres ofensivos, aunque Cristiano Ronaldo ejerció muchos momentos más como vigilante de Alves que de delantero.
Mantuvo en secreto la convocatoria hasta el final y, cuando se conoció su inédita alineación, dar con el dibujo táctico se convirtió en un jeroglífico con un equipo con Altintop y Carvalho de titulares. El turco ha sido un jugador anecdótico desde que llegó con su espalda maltrecha y el central portugués no jugaba desde el 27 de septiembre. Arriba, en teoría tres puntas y en la práctica uno, alternándose Benzema o Higuaín, ya que los otros dos defendían como perros de presa.
No se sabe si ‘Mou’ engañó a Guardiola pero el catalán apostó por el mismo once del 1-3, con la única excepción de Pinto por Víctor Valdés.
Desde el arranque se comprobó que el Madrid estaba mucho más preocupado del rival que de sí mismo. A partir de neutralizar al Barça sin ir a buscarle arriba, pensó que ya llegarían las ocasiones. Y siempre desde la premisa de que el 0-0 en casa no era un mal resultado. Los catalanes aceptaron llevar el dominio pero sin asumir riesgos. Guardiola quería marcar pero, sobre todo, le obsesionaba que el adversario no encontrara facilidades para el contragolpe. Los pases largos de Xabi Alonso a la espalda de la defensa podían ser letales.
Detalles imprevisibles. Tenía toda la pinta de ser un partido muy cerrado pero se animó cuando el Madrid marcó en su único disparo a puerta del primer tiempo. Benzema abrió a Cristiano, que transformó los murmullos de la grada en aplausos al descerrajar a los culés con un disparo seco que se le coló a Pinto entre sus piernas. También contribuyó Piqué porque le dejó demasiados metros al portugués.
El ideario de Mourinho consiguió cortocircuitar a Messi. Una mayor aportación de Cesc. No era el equipo tan fino de otros partidos pero su dominio se incrementaba a medida que los rivales perdían fuelle. Como el fútbol es un juego de detalles, siempre imprevisible, ocurrió que la igualada del Barça llegó a la salida de un córner. ‘Mou’ sacó un once de gladiadores y resulta que el Madrid encajó el tanto del empate en un saque de esquina en el que Puyol cabeceó sin oposición.
En otra acción aislada, los blancos gozaron de su segunda y última ocasión. Pareció un paradón de Pinto pero el cabezazo de Benzema lo desvió el poste. ‘Mou’ comenzó a verlo mal y regresó a su dibujo tipo -4-2-3-1- al introducir a Özil. Cuando ya apostó por Granero en lugar del enajenado Pepe, su equipo ya perdía. Abidal, tras un pase genial de Messi en la mejor acción del argentino, marcaba su segundo gol como azulgrana y sentenciaba el envite de ida.