Carolina luce un tatuaje con los aros olímpicos y el lema ‘atenas 2004’ en el tobillo dañado. Foto: Norberto.
La joven, en uno de los rincones de la casa donde la familia conserva parte de sus trofeos. Foto: Norberto.
La ‘gigante’ Carolina, sobre una maqueta de la ciudad. Foto: Norberto
Carolina, su madre, Pilar, su padre, Tomás, y su hermana mayor, Lola, en el salón de la vivienda familiar. Foto: Norberto
La joven, en uno de los rincones de la casa donde la familia conserva parte de sus trofeos. Foto: Norberto
Roberto, fisioterapeuta del Ceard, relaja el gemelo de la gimnasta al acabar la tarde. Foto: Norberto
Carolina Rodríguez posa con un simpático gesto frente a la iglesia donde empezó a entrenar, en Puente Castro, ahora reconvertida en Museo de las Tres Culturas.
Foto: Norberto.
La gimnasta, en el centro de la imagen, dirige clases de ballet para las niñas del club que la descubrió con ocho años. Foto: Norberto.