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pesca

Repunta el caudal fluvial

Las últimas lluvias y nieves alivian la angustiosa situación de los ríos de la provincia que se encontraban bajo . mínimos .

La crecida del Esla se notaba en el azud de Villómar.

Publicado por
P. vizcay | león
León

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La nieve caída en las zonas de montaña y las últimas lluvias, muy abundantes al norte de la cordillera Cantábrica aunque mas bien escasas al sur, han supuesto un considerable respiro para las cuencas fluviales que se encontraban bajo mínimos. La mayoría de los cursos de montaña atravesaban una preocupante situación con unos caudales similares a los de pleno verano. Los ríos regulados, por otra parte, apenas si discurrían con su caudal mínimo ecológico que, pese a ello, era menor que las entradas registradas. La peor situación la registraba Barrios de Luna que con una capacidad de 341 hectómetros cúbicos (hm3) tan solo contaba con 109 al comienzo de la semana. La tendencia se ha invertido de forma que en los últimos días ha ganado 2 hectómetros cúbicos. El embalse del Porma retiene un hm3 mas, 126 de una capacidad de 318 mientras que Riaño es el que mas ha ganado, 3 hm3 de forma que retiene 312 de 664. En la cuenca del Sil Bárcena ha ganado 2 hm3 quedando con 114 frente a 341 de capacidad. En todo caso el agua retenida apenas alcanza la mitad que en el pasado año por estas mismas fechas siendo las entradas también menores.

Una vez mas se ha puesto de manifiesto que la cordillera actúa como una gran esponja reteniendo la humedad que llega del norte. Mientras que en Asturias los ríos se desbordan en León la situación sigue siendo preocupante ya que la nieve caída, además de escasa, se está derritiendo de forma rápida por causa de los fuertes vientos. Cabe esperar que nieve mas en los meses que restan del invierno, pero a diferencia del elemento blanco que cae antes de Navidad, que se hiela y persiste hasta el mes de junio, la nieve de finales del invierno se deshiela con mayor facilidad. Mucho tiene que cambiar la meteorología para que se consiga mediar, que no llenar, la capacidad de los embalses.

El repunte que se ha producido en el caudal de los ríos y que en la capital se ha notado sustancialmente tanto en el Bernesga como en el Torío, menos en el caudal y mas en la turbidez de las aguas, ha tenido un efecto inmediato en las truchas que todavía quedaban en los frezaderos haciéndolas desaparecer. Ahora, con mayor corriente y agua mas fría las «pintonas» se empozan para recuperar las energías y el peso que han perdido durante la reproducción. Afortunadamente apenas se advierte saprolegnia. Esta enfermedad que afecta a la piel de las truchas reproductoras en forma de manchas blanquecinas suele ser mas virulenta en los años como éste con pocas crecidas ya que éstas limpian el fondo de los ríos en los que el salmónido escarba para depositar la puesta de sus huevas. Queda por saber si las crecidas han tenido suficiente entidad para arrastrar las frezas que se estaban produciendo muy orilladas. También es una incógnita como pueden afectar al alevinaje en las zonas donde ya han eclosionado.