Titanes en el sufrimiento
César Méndez y Marcos Barrio salen ‘vivos’ del infierno de la Cape Epic. Ni un pie roto y una gastroenteritis pueden frenarles.
César y Marcos lograron su sueño: acabar la Cape Epic. Eso sí, tuvieron que sufrir al límite.
La Titan Desert fue su bautismo internacional en pruebas de extrema exigencia sobre una bicicleta. Pero Marcos Barrio y César Méndez se iban a encontrar en la Absa Cape Epic con un nuevo escenario que iba a exigirles aún más.
Ocho etapas, temperaturas de hasta 50 grados y un desnivel acumulado de 16.000 metros se convertían en el escenario con el que tenían que lidiar los dos leoneses en una tierra tan alejada como Sudáfrica, tan acogedora en cuanto a gente y paisajes pero tremendamente hostil a la hora de decidir quienes debían acabar la prueba de aquellos, que para su desgracia, debían bajarse de la bicicleta antes de tiempo.
?ésar y Marcos apostaron por lo primero. Y por ello apostaron desde la etapa prólogo a la que Marcos llegaba con un pie roto a lo que sed sumaba una gastroenteritis a causa de la intoxicación alimentaria que padecían en el hotel donde se hospedaron. «Hubo momentos en los que pensamos en tirar la toalla pero por suerte nuestro tesón nos ayudó a estar en la salida cada jornada», apunta Marcos Barrio.
«No fue fácil. Es cierto que nos esperábamos algo así pero una cosa es verlo desde fuera y otra vivirlo en primera persona. No fueron días fáciles pero si he de ser sincero, si hubiéramos arriesgado algo más a buen seguro que nuestra posición en la general hubiera sido mejor, tal vez entre los 100 primeros. Pero con lo que tuvimos que pasar, incluso un diluvio en la cuarta jornada, es para estar satisfechos», asevera César Méndez.
?obre las etapas ambos aseguran que «nada tienen que envidiar a las del Tour de Francia. Aquí cada jornada tenía un despliegue extraordinario, es como si fuera una fiesta nacional. Prueba de ello es que en la última etapa en la línea de meta se congregaron más de 20.000 personal para arroparnos».
?obre el devenir diario Marcos apunta que «este era completamente diferente al de la Titan. Incluso en la convivencia. Aquí, sin querer menospreciar a otras pruebas, todo es muy profesional. Lo mismo que cada etapa se convierte en un auténtico sufrimiento a la hora de contar con cuidados y atenciones son únicos. La lástima es que, por problemas físicos y mecánicos, no pudimos acabar como esperábamos».