Balón de oxígeno para el club

La entrada de RMD en el accionariado de la Cultural supondría un soplo de aire fresco en mitad de la tempestad económica que asfixia al club, endeudado con la empresa leonesa de reciclaje, que prestó 400.000 euros a la entidad deportiva para hacer frente a los pagos con la Seguridad Social y Hacienda, los dos organismos que habían solicitado en los juzgados la liquidación de la sociedad.

Aún no está cerrado el acuerdo, pero todo apunta a que la empresa leonesa adquirirá el 36% de las acciones y pasará a ser el segundo máximo accionista de la Cultural, por detrás de Actuación Deportiva León (ADL), que controla Javier Baena, lo que aumentaría considerablemente la viabilidad del club, sobre todo de cara a un hipotético ascenso a final de temporada. No hay que olvidar que la nueva normativa exige a los clubes descendidos por impagos depositar un aval de 400.000 euros, además de pagar la deuda contraída —en el caso de la Cultural 390.000 más— para militar en la categoría de bronce.

El presidente Javier Baena ya ha dicho que, de momento, no tiene capacidad para encontrar esa garantía bancaria, algo que, de formar parte del accionariado, sí podría hacer con más facilidad la firma leonesa RMD, puesto que es una compañía con bienes y con solvencia dentro del tejido empresarial de la provincia.

Esta circunstancia, de producirse, significaría el empujón definitivo para devolver a la Cultural a Segunda B, desde donde cayó al pozo de la Tercera División por no pagar las fichas a los futbolistas de la temporada pasada, a pesar de que la plantilla logró en los terrenos de juego mantener la categoría.

Las negociaciones entre el máximo dirigente de la Cultural, Javier Baena, y el presidente de RMD, Adolfo López, avanzan por el buen camino, como adelantó este periódico en su edición del jueves, y en un espacio corto de tiempo podría anunciarse un acuerdo que se barrunta desde principio de temporada.

RMD apostó desde el inicio por el proyecto deportivo de la Cultural al convertirse en el máximo patrocinador del club y prestar, además, 400.000 euros para evitar su liquidación.