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El agua mejora el panorama

El repunte en el caudal de los ríos favorece las expectativas de los pescadores.

Piscifactoría de Vegas del Condado, donde la producción ha bajado notablemente en los últimos tiempos.

Publicado por
P. Vizcay | León
León

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El pasado domingo se iniciaba la temporada truchera en León con más pena que gloria. El bajo caudal de los ríos, unido a la masiva presencia de pescadores, motivó que, salvo muy raras excepciones, las capturas fuesen escasas y la desmoralización la tónica general. En algunos ríos, como en el Eria o en el Duerna, con menos agua que en pleno verano, hubo mas capturas, pero conseguir un ejemplar de 21 centímetros, talla mínima establecida en todos los ríos de León, era casi imposible. En este sentido no faltan quienes opinan que generalizar la talla a todos los ríos es una incongruencia, pues una trucha de 21 centímetros del Esla, del Porma o del Órbigo, es realmente muy pequeña, en los ríos de montaña, sin embargo, los 21 centímetros pueden resultar excesivos, ya que las truchas crecen menos pero alcanzan pronto la madurez, por lo que 19 centímetros., tal y como era hace pocos años, sería la talla lógica. En todo caso los cupos son los mismos, cuatro ejemplares por pescador y día.

A medida que ha ido transcurriendo la semana se ha pescado algo mejor. Es cierto que el tiempo nublado y lluvioso favorece la pesca, pero no lo es menos que la masificación hace que las «pintonas» se asusten y se empocen u oculten entre la vegetación subacuática y, por tanto, no piquen. Con menos gente en las márgenes, aquellos que pueden salir al río los días de diario, tienen una notable ventaja sobre los domingueros. Esto se ha notado de forma que las noticias comienzan a ser mas esperanzadoras, incluso ya comienzan a aparecer las grandes truchas. El problema estaba siendo, hasta el pasado miércoles, la escasez de caudal. Con las lluvias la situación ha mejorado. De los ríos regulados, el que presenta mejores condiciones es el Porma. También en este río la proximidad a la capital leonesa facilita que acudan mas aficionados. Por otra parte los ríos no regulados han experimentado un ligero aumento de caudal en la noche del miércoles y para el fin de semana estarán algo mas altos. Se estaba pescando regular en el Cea, que discurría hasta ayer con un caudal aceptable. El Bernesga, Curueño y Torío, discurren pescables y se producen eclosiones entre las dos y las cuatro de la tarde.

Muchos aficionados se quejan, con bastante razón, de las actuaciones de la Confederación Hidrográfica del Duero. En algunos ríos, como el Torío, han instalado escolleras que convierten el cauce en un auténtico canal sin defensa par los peces. Además las escolleras, colocadas en la lámina del agua e incluso por debajo, aceleran la corriente del río provocando el impacto en la siguiente curva. Desaparece también toda la vegetación de ribera que constituye un freno natural a las grandes avenidas. En otros ríos, como en el Órbigo, proceden a retirar las escolleras que ya estaban consolidadas. Todo un despropósito. Por otra parte en pequeños ríos, como el Eria, han vuelto a entrar las máquinas al lecho para reconstruir los puertos y sacar las presas, cuando probablemente todavía haya frezas sin eclosionar. La necesidad de regar está mermando aun mas los ya depauperados caudales. En fin, que «a perro flaco todo son pulgas» y la pesca no vive, por desgracia, sus mejores tiempos.