Lorenzo completa el triplete español

Jorge Lorenzo ya intuía algo después de los entrenamientos nocturnos del sábado en Catar. Estaba seguro de que Casey Stoner le iba a pasar desde el principio y se iba a marchar con su Honda por la pista pérsica sin ningún tipo de problema. Pero las predicciones del mallorquín fallaron.

Él fue el más rápido en la salida y mantuvo la primera posición en la primera curva de la temporada. En cambio, su mayor enemigo se vio sorprendido por su propio compañero de equipo. Dani Pedrosa apareció de la nada, remontó tres líneas y cinco puestos para colocar su moto 26 entre Lorenzo y un estupefacto Stoner, que veía a otro rival para la victoria en Catar.

Lorenzo intentó tirar, sacar los metros de distancia sufiente para despegarse de las dos Honda. Pero el australiano vio la jugada y no estaba dispuesto a dejar su reinado catarí (cuatro victorias en cinco participaciones hasta ayer).

En dos vueltas puso orden. En el segundo giro adelantó a Pedrosa y en el tercero superó a Lorenzo. El terceto se marchó del resto de los competidores y comenzó una carrera particular entre ellos. Por detrás, se situaban las Yamaha. Ben Spies empezó cuarto y poco a poco fue perdiendo terreno hasta terminar undécimo tras el banderazo final, rumiando su mala suerte y preguntándose por qué su montura no funcionaba. Lo mismo debió de pensar Valentino Rossi, que pasó por Catar sin pena ni gloria. Salió duodécimo, subió hasta el sexto lugar y terminó décimo. Y ya está. Mejor le fue a Hayden y Barberá. Los dos se batieron en cobre para dilucidar qué Ducati era la mejor. Para la fábrica italiana, la situación, era un poco deprimiente. La moto satélite del español tuteaba sin problemas a la oficial del estadounidense. Solo una salida de pista en la última curva privó a Barberá de darse el gustazo de superar al yanqui, que terminó sexto.

El cuarto y quinto fue una hermosa batalla entre los dos miembros del Yamaha Tech 3, Andrea Dovicioso y Cal Crutchlow. Se pasaron, repasaron una y otra vez hasta que el inglés se hizo con la cuarta plaza en una lucha que tensionó al máximo a los responsables del equipo.

La situación se mantuvo hasta el ecuador de la carrera. Stoner lo intentaba todo, con sustos incluidos de su Honda, por marcharse. Pero Lorenzo no le dejaba. La carrera cambió cuando entré en juego el desgaste de los neumáticos. La Yahama cuida más las gomas, en el caso de Catar unas ruedas asimétricas. Y el mallorquín empezó a rascar décima tras décima, con Pedrosa en el asiento de atrás esperando a que su compatriota le acercara al actual campeón del mundo. Lorenzo se puso primero y tiró como un poseso durante las dos últimas vueltas, mientras Pedrosa adelantaba a un australiano aquejado de dolores en las manos. Aseguró que no podía acelerar a tope, tal vez aquejado del síndrome compartimental. De este modo, Lorenzo se colocó líder del mundial antes de la visita a Jerez (29 de abril) y los pilotos españoles lograban un triplete que no se veía desde hace ocho meses.

Otro recital

Así, en Moto2, Marc Márquez regresó a lo grande. El catalán, valiente de principio a fin, no descansó hasta adjudicarse la primera victoria del año. Sufrió y arriesgó, pero siempre tuvo fe y dio el golpe en la última curva.

Márquez sentenció la intensa y emocionante batalla que mantuvo con Andrea Iannone en la recta de meta. Iba segundo tras el italiano, pero a la salida de la curva se pegó a él y lo dejó tirado. Se insistía en que no estaba preparado para ganar. Él solo se había planteado disfrutar en Losail y sumar el mayor número de puntos posibles. El español, después de un invierno tan duro en el que apenas hizo pretemporada, quiso cumplir en la salida y ser prudente, pero en cuanto comprobó que el ritmo de sus rivales no era tan fuerte como esperaba, decidió ser atrevido. Y consiguió el mayor de los premios.

Finalmente, Maverick Viñales inauguró este domingo el palmarés de una categoría que estaba de estreno, Moto3. Y lo hizo con una gran victoria que corrobora las esperanzas que los aficionados han depositado en este joven de 17 años, uno de los máximos favoritos a alzarse con el título. Partía el catalán desde la segunda posición de la parrilla y no tuvo un buen inicio: perdió tres posiciones en el semáforo y pronto tuvo que empezar a remontar.

Pero la valentía es uno de los puntos fuertes de Viñales, que poco a poco, fue ganando posiciones hasta emparejarse con el sorprendente Romano Fenat, un chaval de 16 años que lideró la carrera hasta la vuelta 6 y no se separó del español hasta la 9. Fue ahí cuando Viñales mostró toda su sangre fría y actuó como un veterano.

Durante tres giros intentó dejar atrás a su rival, pero no lo consiguió, y entonces decidió tirar de su plan B. Dejó que el italiano volviera a ponerse por delante y le traspasó toda la presión. La táctica le salió bien. Viñales no tardó en adelantar de nuevo a su rival y a partir de ahí, fue ganando décima a décima hasta llegar a la meta con cuatro de ventaja.