Una jornada casi monacal que va de casa al entrenamiento
A cuatro meses vista cualquier relajación puede dar al traste con años de trabajo para llegar a la cita deportiva más importante del mundo. Y también la que alberga menos posibilidades de rectificar.
El hecho de disputarse cada cuatro años conleva una responsabilidad notable que Sergio Sánchez no quiere rehuir. «Para estar en los Juegos debes ser de los mejores del mundo. Pero también de estar en perfectas condiciones en ese momento». Por eso el de Ciñera ha fijado su día a día en la preparación deportiva.
No sólo la alimentación es importante. También crear las condiciones ambientales y de entrenamiento más favorables. «Ahí la cámara juega un papel clave, aunque no es el único», asegura. De las 24 horas del día más de dos terceras partes las pasa en la habitación hipobárica. «Para no aburrirme tengo el ordenador y también leo y escucho música. Es cierto que 17 horas diarias durante seis semanas pueden resultar pesadas, pero para llegar a la meta tienes que sacrificarte».
Hasta tres sesiones
El resto de la jornada lo focalizan las sesiones preparatorias, tanto en la calle como en casa. «Cuando estoy en mi hogar cuento con aparatos para mejorar mi condición fisica y a la hora de salir a correr mi rutina son dos sesiones salvo en dos días en las que llegan a tres». El gordonés apenas tiene tiempo para más. «No vale distraerse. Hay que darlo todo en los entrenamientos para llegar en plena forma a lo importante, las carreras. Ahora me falta aplicar todo ese sacrificio preparatorio en la pista».