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Éxtasis en Neptuno

Miles de aficionados desbordan el lugar de celebraciones del Atlético de Madrid.

Antonio López celebra en lo alto de la fuente de Neptuno la victoria en la final de la Liga Europa.

Antonio López celebra en lo alto de la fuente de Neptuno la victoria en la final de la Liga Europa.

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carlos martínez | madrid
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La celebración en la Plaza de Neptuno, marcó el éxtasis final de los festejos por la conquista de la Liga Europa, con miles de aficionados rojiblancos que desbordaron el tradicional lugar de celebraciones del Atlético de Madrid y coparon las calles adyacentes.

Si centenares de seguidores habían acompañado a los jugadores a la Catedral de La Almudena y el número aumentó durante el periplo por el Ayuntamiento y la sede de la Comunidad, nada pudo compararse con la llegada a la Plaza de Neptuno, un lugar que los atléticos sienten como propio y donde fue imposible contener la euforia.

Conforme al horario previsto, el autobús descapotado entró en la plaza a las ocho de la tarde, jaleado por una afición que coreó con insistencia el nombre del colombiano Radamel Falcao, el héroe de la final, al marcar dos goles, y del técnico Diego Simeone.

Una vez en la plaza, miles de personas entonaron el himno, bufandas y banderas al aire, aplaudieron a sus ídolos y vivieron la apoteosis final cuando el capitán anudó una bufanda al cuello del dios Neptuno.

Antonio López, el capitán que ingresó con 14 años en el club y que dejará la entidad al finalizar la temporada, fue como hace dos años el maestro de ceremonias. Presentó a cada jugador de la plantilla y les dedicó a cada uno un comentario jocoso, celebrado por todos los hinchas.

Protagonistas en ese momento, fueron el brasileño Diego Ribas, que está cedido por el Wolfsburgo alemán y al que miles de personas pidieron con insistencia que se quede, y el «Cholo» Simeone, el ídolo de una afición que recuperó la ilusión con su llegada al banquillo.

Subidos a la pasarela que rodeó a la fuente, los jugadores disfrutaron tanto como los aficionados, se fueron pasando de mano en mano el pesado trofeo, hasta que Antonio López ascendió por la escalinata hasta la estatua, anudó una bufanda al cuello y una bandera al tridente, mientras miles de seguidores coreaban: ¡campeones, campeones!.

52 detenidos

El ambiente de júbilo y fiesta que se vivió el día después de la conquista del título contrastó con los incidentes acaecidos la noche anterior, debido a un grupo de violentos y a una mala organización en los accesos a la fuente. Más de treinta heridos y 52 detenidos.

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