Chiqui Barros | entrenador del coelbi bembibre
«Hemos hecho historia y toca dar un paso hacia adelante a todos»
Sin apenas dormir después de regresar de Huelva, donde su equipo logró el ascenso a la Liga Femenina de baloncesto, el técnico del Coelbi Bembibre se muestra tan contento por el logro conseguido como seguro de que el equipo hará un buen papel en su estreno en la élite.
El cansancio de casi veinticuatro horas sin dormir apenas se adivina en el rostro de Antonio «Chiqui» Barros (Ferrol, 7 de marzo de 1970), que llega a la entrevista feliz después de haber conseguido el logro más importante del baloncesto berciano: meter al Coelbi Bembibre en la máxima categoría.
—Con la perspectiva del día después, ¿se toma conciencia de lo que se ha conseguido?
—Sí. Yo creo que hemos hecho historia. La campaña ya era sensacional, la mejor de la historia del club, pero el colofón del ascenso va a quedar para siempre en la historia de Bembibre y del baloncesto del Bierzo. Yo soy el entrenador, pero me siento parte de un grupo de gente que va desde las jugadoras a los medios de comunicación, pasando por los directivos y la afición, que pasará a la historia.
—¿Y el entorno también es consciente?
—Creo que ahora toca a todo el mundo dar un paso hacia adelante. El esfuerzo será mayor, aunque en rigor y profesionalidad no se puede trabajar mejor de lo que lo hemos hecho en Liga Femenina 2, pero habrá unas exigencias económicas mayores. Yo creo que si en otros sitios lo han hecho, Bembibre está preparado para conseguirlo también.
—Repasemos estos cuatro días de fase de ascenso. Se empezó con una victoria contundente ante Cortegada.
—Fue un golpe de mano. Para nosotros era un partido clave, que iba a marcar la fase. Nos dio muchísima confianza. Era un partido entre dos equipos en los que la única diferencia en la liga regular había sido el basket-average. La igualdad era enorme y podíamos cometer el error de que iba a ser tan fácil como el partido de la segunda vuelta. Esa victoria fue fácil porque habíamos hecho una serie de cosas muy bien y el mérito del equipo fue repetir esas cosas y casi calcar el guión del partido perfecto que habíamos jugado en liga regular.
—En el segundo, ante UPV, ya tocó sufrir más, con prórroga cuando parecía todo hecho.
—Fue el mejor partido del año. Fue el equipo que nos obligó a jugar más físico, más duro, y lo digo como mérito para ellas. Nos lo puso muy difícil, fue como un combate de boxeo, con los dos equipos pegándonos uno a otro, sin abandonar en ningún momento. Reaccionamos bien al palo de un error, que fue conceder el triple al final cuando teníamos solo dos faltas en vez de parar el partido. El equipo se levantó muy bien y la salida de la prórroga es determinante porque nos da una ventaja que yo creo que es la clave del ascenso.
—Eso permitió rebajar la tensión y dar descansos en el tercer partido, ante Casablanca.
—Era un partido difícil porque somos un equipo tan competitivo que nos cuesta a todos, a mí el primero, pensar «vamos a intentar ganar pero sin quemar las naves». Las jugadoras entendieron bien que, a veces, para ganar una partida tienes que saber perder una mano. El descanso de Vero y de LaNedra Brown, que eran dos jugadoras con mucho desgaste físico, fue decisivo y se demostró en la final, donde las dos fueron determinantes.
—Y llegamos a la final. Máxima igualdad hasta el último cuarto y aparece la gran defensa de Bembibre que ha llevado al equipo a estar ahí arriba.
—Tuvimos un momento en el segundo cuarto con 28-21 y posesión suya donde pudimos haber muerto y ahí es donde el equipo gana el partido. Nos vamos al descanso ganando 30-29 y sabíamos que teníamos que meter mucho ritmo, como un diesel, porque iba a llegar un momento donde ellas no iban a poder seguirnos. Ese momento llegó en el último cuarto pero para eso hubo que madurarlo mucho antes. Pegamos un tirón que fue como los goles psicológicos en el fútbol, era un momento en el que ellas ya no nos lo podían devolver y ahí estuvo el ascenso.
—¿Cuándo viste la final ganada?
—A falta de dos minutos hay un contraataque donde Raquel Álvarez (su ayudante) me pega un codazo como diciéndome «ya está». Hasta entonces yo confiaba siempre en ganar, aunque hubo un momento donde lo vi muy mal y le pedí al público que animara, pero siempre tuve la confianza de ganar.
—¿Con qué momentos te quedas de esta temporada?
—Con todos. Fue una temporada irrepetible. El equipo tenía algo especial y se veía desde el principio. Me quedo con cómo superamos los problemas físicos de jugadoras como Vero Alonso y LaNedra o la lesión de Irene Salgado. Me quedo con la unión del equipo en los momentos difíciles y sobre todo con el día que perdemos con Canarias en casa y nos ponemos 3-2. Ese día le dije al equipo que íbamos a estar en la fase y el equipo convierte ese 3-2 en un 21-5. Hay que ser muy buen equipo para hacer eso.
—¿Y ahora qué?
—Eso ya no me corresponde a mí. Yo he hecho mi trabajo lo mejor posible, hasta lo que no me pidieron, que es ascender. Estoy convencido de que Bembibre va a jugar en Liga Femenina.
—¿Hace falta mucho dinero?
—Si enloqueces como otros equipos, sí, pero si confías en tu bloque, sabes lo que necesitas, que creo que es una americana más y otra jugadora, y eres consciente de que pasas de ser un tren de alta velocidad en Liga Femenina 2 a un cochecito en la máxima categoría, creo que Bembibre será un equipo muy competitivo.
—¿Con Chiqui Barros en el banquillo?
—Entiendo que no habrá problemas en eso. Yo sé lo que piensa Velasco, él sabe lo que pienso yo y no creo que tengamos ni que sentarnos a hablar. Claro que quiero seguir y ser parte del proyecto, soy muy feliz aquí.
—¿Cómo ves el resto del baloncesto en El Bierzo?
—Yo tengo que ser muy respetuoso con eso. Yo vivo y entreno en Bembibre. Respeto a todo el mundo y entiendo que todos lo hacen lo mejor posible, pero me faltan datos. No puedo opinar.